Pues no, no hay confianza, se ha ido quien sabe a dónde, quizás sólo se agazapó por ahí, en espera de que la volvamos a llamar, hacerla presente. ¡Quién no piensa y padece la ausencia de la confianza hacia nuestras instituciones y autoridades! ¿Hay excepciones? Por eso hay que invocarla, traerla de nuevo pa’ que ande prendado a nosotros. ¿Es difícil devolver la confianza? No sé ustedes pero, como se interroga el Barón de Holbach, “¿qué confianza puede tenerse ni qué protección encontrarse en leyes que dan lugar a trampas y enredos interminables, que arruinan a los pleiteantes, engordan a los curiales y facilitan a los Gobiernos el cargar impuestos y derechos sobre las disensiones y pleitos eternos de sus súbditos?”
La nueva titular de la Comisión Estatal de Derechos Humanos, Namiko Matzumoto Benítez, mucho trabajo tiene para que volvamos a tener confianza a esta institución que a nivel nacional, Jorge Carpizo, primer presidente de la CNHD, reconoció la falta de confianza de la sociedad hacia este organismo y que “esa confianza sólo se conquistaría con resultados y más resultados”. (Nexos, noviembre 2015).
Porque ‘ta duro y cabrón batallar contra los abusos de autoridad, las injusticias, atropellos del poder público y un larguísimo etc. Según los números, “la mayoría de la población (58.9%) está segura de que las comisiones de derechos humanos defienden mucho (12.8%) o algo (46,1%) esos derechos (…). Solamente nueve de cada 100 habitantes consideran que los derechos humanos se respetan suficientemente en el país. Son más, 15 de cada 100, los que opinan que no se respetan nunca. (…) Lo encuestados señalan mayoritariamente (33.8%) a su Policía Municipal como la autoridad que con mayor frecuencia viola los derechos humanos. El segundo lugar en la lista nada honrosa lo ocupa el Ministerio Público”. (Nexos, noviembre de 2015). Quería chambita Namiko, pos ahí la tiene. A ver si es cierto: resultados, resultados y resultados… Así sea.
Dicen que estaba Pedro leyendo las noticias y había una que decía: “¡Están violando los derechos!” y pensó: “Fiuuu, menos mal que soy zurdo…” Pero en lo que son peras o manzanas…
Los días y los temas
A finales de marzo de 2010, el candidato Javier Duarte de Ochoa expresó: “Cada persona que no encuentra el camino para desarrollar su potencial pleno significa una derrota para todos, por ello no puedo sino empeñar mi mayor esfuerzo para responder a quienes no han podido encontrar la esperanza y el camino del bienestar”. Bien, hoy ni la confianza…
De cinismo y anexas
Dice el refrán: “Unos por otros y la casa sin barrer”, lo que significa, según, una “situación en la que ninguno asume el trabajo y achaca su incumplimiento a otro, de modo que algo queda sin hacer porque uno pensó que lo hacía otro o que no era cosa suya”.
El mero mero pa’ Veracruz, Héctor Yunes Landa, dijo: “Vamos a hacer justicia, vamos a limpiar las calles y vamos a limpiar la casa. (…) …aspiro a ser el gobernador honesto, cercano, sensible…” ¿Será?
En el libro Nada, yo soy Adán –que obsequié a Yunes Landa el año pasado- escribí: “Una vez tuve una novia y le dije adiós. A otra hasta luego y nunca volví. A ti sólo puedo decirte: aquí estoy, pero empiezo a olvidar todo. ¿Dónde puse la escoba? ¿Me entiendes?”. ¡Ay, el olvido… político!
Por cierto, los espero el viernes 29 de enero, a las 19:00 horas, en la librería La Rueca de Gandhi. Ahí charlaremos con Adán.