Todo indica que la próxima elección de Gobernador y diputados locales de Veracruz será la más competida en nuestra historia, las encuestas y la percepción pública prácticamente se han empatado para arrojar un panorama donde hay la convicción de igualdad de condiciones de triunfo para las fuerzas punteras y la incertidumbre sobre un resultado claro en lo general; cuando no hay certeza del resultado se introduce un espíritu democrático y los estímulos claves para luchar en el sentido que se pretenda, desde el que quiere retener el poder, hasta los que buscan arrebatárselo, sin descartar otras opciones que van por posiciones concretas. El ambiente es de cambio, de alternancia, de dudas en la fortaleza del sistema y del partido oficial para resistir las quejas, el hastío y hasta rechazo a lo que huela a oficialismo. Han sido años de excesos en el ejercicio del poder, de incremento en la inseguridad, en la pobreza y en los escándalos; es poco lo que abona para la imagen de los candidatos oficiales, no hay logros importantes, no avanzamos en democracia, en estado de derecho, en bienestar, casi en nada hay indicadores positivos. De ahí que los opositores tengan ventajas enormes a la hora de pedir el voto; grandes cantidades de sufragios serán emocionales, de castigo, otros tantos de esperanza y una buena parte de ideas.

El sistema, dada su naturaleza, le apostará a los mecanismos tradicionales y fáciles de recolección de votos, que no de voluntades, acudirá al expediente viejo y desgastado de usar los programas sociales, las estructuras burocráticas y la vil compra de votos en efectivo. Nadie duda que lo haga, apostarle al voto libre no va con ellos y seria su suicidio, el problema es que le funcione, sobre todo en cantidades suficientes para que supere el sufragio voluntario. La clave democratizadora radica en que haya más votos libres que comprados. En la conciencia y la voluntad de los votos se encuentra la clave de un buen gobierno, eficaz y honesto, así como las consecuencias en seguridad, paz y progreso. Voto libre para elegir, para exigir y para fortalecer instituciones y sociedad. La ciudadanía informada y en ejercicio de derechos es la que no se somete al miedo, ni a las presiones y es determinante en sus exigencias de un buen gobierno; con legalidad la vida será mejor, el problema es cuando los propios gobiernos tuercen la ley.

Se puede apostar o no, ser espectador o participar en alguna de las opciones que se presentaran en la competencia electoral de Veracruz; márgenes mas o menos casi seguramente los resultados finales serán los siguientes: el primer lugar recaerá en el PAN o el PRI, con mayores ventajas para el azul; el tercer lugar será recuperado por el PRD a partir de su estrategia aliancista; el cuarto lugar corresponderá a Morena, por el impulso de su incansable y muy respetado líder nacional, AMLO; el quinto lugar puede ser para el VERDE o el AVE, ambos estimulados por su candidatura a gobernador, que es la oficial; el séptimo lugar, lamentablemente, puede ser para el Movimiento Ciudadano, que lleva un muy buen candidato pero para otro momento; de ahí los últimos lugares se disputaran entre el PANAL y algún independiente. Resuelto el espacio del ejecutivo vendrá la composición del congreso que, en consecuencia, también tendrá una integración plural e interesante, sin mayoría oficial. Estos resultados serán inéditos en todos los sentidos, inauguraran la vida plenamente democrática y traerán aires libertarios para Veracruz.

No expreso solo deseos, soy frió e intento objetividad suficiente a la hora de revisar la coyuntura política local; entiendo que mucha agua correrá de aquí a las elecciones, que vienen las campañas, que cada quien jugara sus cartas, que desde el tricolor le apostaran al clientelismo y especialmente a la guerra sucia; lo que dudo es que les funcione como siempre, que aprendan, que lean el sentir de la población, que vean venir las avalanchas de votos que harán inútiles sus esfuerzos antidemocráticos de todo tipo. Pueden ensuciar y se les revierte, pueden regalar dinero y despensas y se les revierte; lo peor para el PRI es que no tiene certezas de éxito en sus campañas, las viejas y tradicionales; con sus mismos recursos les puede ganar la oposición. Para las nuevas generaciones puede ser el bautizo democrático, que haya alternancia, que se viva en libertad, eso sería bueno, muy bueno; para nosotros, los que hemos vivido en la mediocridad y en la simulación, será novedad y logro a la vez, tendremos un motivo de orgullo y satisfacción por haber contribuido a una vida mejor, por haber dejado una herencia social y colectiva.

Para todos la democracia que viene será luz y asombro; el joven la tomará con normalidad, pensará que así debe ser; los mayores, como nosotros, la veremos hasta con azoro, como algo novedoso, lo que nunca conocimos a pesar de los años vividos; habrá equilibrios, contrapesos en el ejercicio del poder; serán eliminados los excesos y lo publico contribuirá a una vida más normal, más segura, en paz y con la esperanza de progreso. No hay milagro posible, no hay varita mágica, pero si la fuerza y energía de la gente, del ánimo ciudadano, transformador y libertario. Si al gobierno llegan los mejores, si los representantes nos representan de verdad, lo que viene es fortaleza de las instituciones para hacer frente a la violencia, para dar aliento a la gente y generar nuevas condiciones de vida. No es mucho lo que se pide, solo una vida normal, sana, legal, en paz y donde los servidores públicos sean eso, te sirvan y sean motivo de orgullo y ejemplo. Ni más, ni menos.

UFA.1959@nullGMAIL.COM

Recadito: Nos quieren heredar el gasoducto con olor a gas y a corrupción; no lo permitamos.