Finalmente subestimamos al (gran) veterano Peyton y sobrestimamos al poderoso novato, Cam (Cameron), mariscales ambos respectivamente de los Broncos de Denver y de las Panteras de Carolina, los equipos que llegaron al Super Bowl 50 para disputar la supremacía del fútbol americano de la NFL, y el tan codiciado trofeo “Vince Lombardi” que se otorga al vencedor del Súper Tazón, uno de los máximos y más caros espectáculos deportivos a nivel mundial, seguido por millones de aficionados en una buena parte del orbe.
Confiábamos en la vitalidad y en la fortaleza física del muchacho de 26 años nacido en el estado de Georgia, pero no contábamos con la fuerza de la línea defensiva de los de Denver, en su efectividad y en su tremenda capacidad para penetrar la línea ofensiva de sus rivales y en esta ocasión la de las Panteras no fue la excepción, no pudieron detener a unos auténticos “panzers” encabezados por Von Miller, que a la postre fue el Jugador Más Valioso del juego, a Demarcus Ware, a Brandon Marshall, a Darian Stewart, a Danny Trevathan, a Sylvester Williams y a Malik Johnson, por mencionar a los más notables, en donde el más esquelético de ellos pesa 90 kg., y mide 1.78 m., pero el que más pesa la friolera de 142 kg., y mide 1.96 m.
Total, que la diferencia fueron tres fumbles, una intercepción, seis capturas, trece golpes a Cam y permitieron una sola anotación, provocando 23 pases de parte del mariscal de Carolina que no encontraron receptor, es decir, colosal la efectividad de los linebackers de los Broncos, los conocedores no se equivocaron, tenían razón, apostaron todo por la que fue la mejor defensiva de la temporada y tampoco se equivocaron en su pronóstico de un marcador cerrado y de pocas anotaciones, 24 a 10 fue el score final. Felicidades a los Broncos y a su quarterback, el brillante veterano de mil batallas Peyton Manning.
Bueno, y haciendo a un lado al deporte de los emparrillados y cambiando de tema –en un giro como de 180°-, no habíamos comentado que la semana pasada visitó a nuestro país la célebre Yoko Ono, viuda de John Lennon, sin duda uno de los más grandes genios de la música a nivel mundial en el siglo pasado. Seguimos parte de las actividades que la descendiente de una de las familias más ricas de Japón vino a desarrollar en nuestro país hace unos días, y no podemos dejar pasar la oportunidad para comentar algo sobre la célebre señora Ono viuda de Lennon. Para empezar que goza de una enorme vitalidad, no es fácil mantenerse plenamente activa y vigente a los 82 años de edad (en este mes, el día 18 cumple 83 años) y cuando oímos hablar de esta mujer lo primero que se nos viene a la mente es que ella fue la (principal) causante de la disolución del más famoso cuarteto musical de la historia, The Beatles.
Y en su visita a México Yoko confesó que ha tenido que vivir con ese estigma toda su vida a partir de que unió su vida a la del músico nacido en Liverpool, Inglaterra, el 9 de octubre de 1940, de hecho Yoko le llevaba 7 años a Lennon. Yoko concedió algunas entrevistas durante su estancia en México a donde vino a presentar la exposición “Tierra de esperanza”, con el fin de hacer reflexionar a la gente sobre la paz mundial y ahí aprovechó para dejar algunas cosas en claro, ella no fue la culpable del rompimiento del grupo, confesó que esa idea le ha costado ser odiada por millones de seres humanos alrededor del mundo y de ser estigmatizada como una bruja.
La verdad es que no estoy seguro que Yoko haya sido la principal causante del rompimiento, a mí me parece que en ello fue determinante la figura del propio John, su personalidad y tal vez el fastidio de toda aquella parafernalia que los llevó a ser considerados, según su propia percepción, como “más famosos que el propio Jesucristo”, cosa muy discutible por supuesto, pero que denota el nivel de celebridad que tenía el famoso cuarteto.
Como sea, la sensación que nos dejó la visita de la japonesa es de que es una mujer poderosa, empoderada, que goza de una fuerza interior y exterior que la mantiene vigente a nivel mundial, lo que pasó, pasó y ella, haya sido o no la culpable de la fractura es otra historia, por lo pronto hay que agradecerle su activismo por la paz en el mundo que eso, créanlo, eso nunca sobra.