Por fin se nos hizo ver “La chica danesa” (Tom Hooper, 2015), la película protagonizada por el ganador del premio Oscar al Mejor Actor el año pasado por su actuación en “La teoría del todo” (“The Theory of Everyting”, James Marsh, 2014), Eddie Redmayne, quien da vida al reconocido astrofísico británico autor de la teoría del tiempo y de la “gran explosión”, que trata de explicar el origen del universo (Big Ban), Stephen Hawking.
En lo particular creo que es una buena interpretación la que hace Redmayne de Hawking, no obstante, me parece una actuación mucho más lograda la que hace Benedict Cumberbatch en “Código Enigma” (2015), en donde su actuación como el matemático inglés Alan Turing de la Universidad de Manchester, es mucho más fehaciente y apegada a las características del personaje en cuestión, es decir, un científico brillante en el campo de la lógica y las ciencias exactas, pero profundamente conflictuado en su vida personal por su homosexualismo en una sociedad conservadora y rígida, y que tiene el encargo del gobierno británico de inventar una máquina automática que ayude a los aliados a descifrar los mensajes secretos de guerra de los alemanes durante la segunda guerra mundial.
Pero bueno, a toro pasado se pueden decir muchas cosas, pero lo único que cuenta para la historia es que Eddie Redmayne finalmente fue reconocido con el Oscar al Mejor Actor pasando no solamente por encima de Cumberbatch, sino también de Leonardo DiCaprio por su gran actuación en “El Lobo de Wall Street”, ahora, nuevamente se vuelven a ver las caras en las nominaciones al Mejor Actor Redmayne y DiCaprio, y la crítica de cine casi por unanimidad da como un hecho que Redmayne alzará el Oscar el próximo 28 de febrero, percepción que respetamos pero no compartimos, veamos por qué.
Para empezar creo que definitivamente hay historias que no se le dan ni al cine inglés ni al estadounidense, quizá sea por la convergencia histórica que hay entre la Gran Bretaña y los Estados Unidos, pero definitivamente hay guiones que no se les dan a sus cines, y ese es el caso de temas como el que trata “La chica danesa”, que plantea una historia de transexualismo que se desarrolla en la Dinamarca de principios del siglo pasado, en donde un artista plástico, Einar Wegener (Eddie Redmayne), que ha llevado con aparente normalidad su matrimonio heterosexual, descubre su verdadera orientación sexual, es decir, su homosexualismo que no puede reprimir, lo comparte con su esposa, también artista plástica y decide que no puede seguir viviendo como hombre por lo que decide someterse a una peligrosa y en etapa experimental intervención quirúrgica para convertirse en mujer.
Ya no develamos más sobre la película para que la vean si no la han visto, pero estas temáticas son difíciles de contar por ingleses y estadounidenses, insistimos, como que no se les dan, no entran dentro del marco de historias típicas que suelen contar ambos cines. Más allá de filmes como “Los muchachos no lloran” (1999), “Brokeback Mountain” (2006), la misma “Transamérica” (2005), interpretada con mucha suficiencia por Felicity Huffman y “Milk” (2006), con un no muy convincente –y ahora renombrado en México- Sean Penn, la actuación en “La chica danesa” de Redmayne no está del todo lograda, se nota sobreactuada y no pasa de ser la caracterización de un hombre afeminado (amanerado), con risitas, gestos y galanteos parpadeantes que, al final, se nota la sobreactuación.
Por la complejidad que implican, temas como los que plantea el film de Hooper no son fáciles de contar, sobre todo por cines en donde géneros como el de acción, el thriller, la ciencia ficción, el drama, el melodrama, la comedia, de aventura, el romántico, el fantástico e inclusive el de terror suelen ser los dominantes en las historias que cuentan, por el contrario, temas como el de “La chica danesa” se le dan más naturalmente a cines como el francés, el italiano y el español, sino ahí están la coproducción franco-italiana “Muerte en Venecia” (1971) con Dirk Bogarde, Silvana Mangano y Marisa Berenson; la francesa “La vida de Adèle” (2013), sobre una relación lésbica muy bien lograda, con la chica Bond Léa Seydoux y “La mala educación” (2004) de Pedro Almodóvar y con la actuación de Gael García Bernal.
No creo que Redmayne se haga merecedor al Oscar al Mejor Actor por su actuación en “La chica danesa”, se queda corta ante la calidad actoral del intérprete. Quién sabe si pot “The Revenant” DiCaprio sí se merezca finalmente el galardón, lo que sí es que Redmayne se quedó corto ante las expectativas que había generado, al menos es la percepción de quien esto escribe.