El Papa Francisco clamó este domingo contra los corruptos y ricos que se adueñan de la riqueza de otros. Lo dijo en Ecatepec, Estado de México, un municipio en el que miles de personas sufren pauperización y marginación. Enunmerando las tres tentaciones que degradan al cristiano- la riqueza, la vanidad y el orgullo- el Pontífice destacó que la inclinación de buscar la riqueza a toda costa despoja a los más marginados de sus propios bienes. La nota es de Irene Savio en «Reforma».