Las acciones valientes nunca necesitan trompeteros
Anderson

Entre lo que uno escribe y lo que entienden algunas personas hay abismos, sucede algo parecido cuando lo que se dice y se vive se encuentran en puntos extremos.
El mensaje desarrollista exhibe que la estructura macroeconómica está soportando parcialmente los embates de las interconexiones financieras y comerciales, pero al mismo tiempo sale a relucir la debilidad de las instituciones mexicanas.
Hecho que adquiere relevancia cuando la disparidad y los excesos entre funcionarios y sociedad son abismales, elemento que se presenta como atenuante para que la inmovilidad social y económica se exponga como un hecho consumado.
Para el caso de Veracruz, ninguna de las actuales precampañas levanta el vuelo y no provee a la sociedad de la certeza necesaria, no se suspiran nuevos aires, ni se cuenta con la certidumbre sobre qué tan benéfico sería cambiar de nombres.
Lo anterior, porque la base poblacional repudia a todo aquello que se relacione con lo público, donde paradójicamente es esa la vertiente para que todo lo demás avance.
La ignorancia y la mala fe hicieron un binomio insostenible, elemento que corroe el ambiente e intoxica la funcionalidad de aspectos tan esenciales para la actividad del Estado de Derecho como son la salud, la educación y la impartición de justicia.
Para desgracia de todos, el subdesarrollo lo padecen los pobres y la clase media, pero el subdesarrollo está en la mente y la actitud de una clase dirigente que se podría catalogar como pusilánime.
Ello como consecuencia de una estructura marginal que no ha podido proyectar los beneficios de la participación ciudadana. La idea Aristotélica del gobierno de los “mejores”, no se ha consolidado porque los “mejores” se encuentran alejados o relegados de la toma de decisiones concernientes a la vida pública.
Estamos próximos a una elección, la cual es a su vez una nueva oportunidad para abastecer de gente capaz el ejercicio público, o dejar solamente que sea una fiesta más que nos suba al barco de Caronte para que este nos lleve al mundo de las tinieblas.
En el entendido de que muchos de los individuos que se aproximan a ser quienes conducirán las vida administrativa y legislativa de Veracruz los cubre el aura del odio y de viejos recelos.
El actual desánimo embalsama hasta a las más vigorosas personas, lo que es aún más preocupante por todo lo que esto conlleva.
Recordando:
• Enfoque deontológico: se ejercen juicios morales y el razonamiento moral ocurre independientemente de las consecuencias.
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