El jueves tuve oportunidad de ver algunos fragmentos del décimo debate de los aspirantes republicanos a obtener la candidatura de su partido a la presidencia de los Estados Unidos. De los quince que originalmente eran ya nada más quedan cinco: Donald Trump, Marco Rubio, Ted Cruz, Ben Carson y John Kasich, pero en realidad la disputa está entre los primeros tres, los otros dos aun cuando todavía no desisten de su intento por obtener la nominación, la verdad es que son pocas sus posibilidades de subsistencia en esta carrera.
Y no es que no tuviera otras cosas más importantes que hacer el jueves pasado, al contrario, con toda intención estuve atento al debate, quería ver ahora sí como dicen, con mis propios ojos a estos personajes que andan buscando la candidatura republicana, quería sentirlos, palparlos, quería ver si de veras en serio son todo lo que se dice de ellos, unos cretinos. Advierto que no llegué a este décimo debate con los ojos cerrados o desconociendo las principales características de los aspirantes republicanos, he seguido el desarrollo de las primarias en los EUA guardando una cierta distancia. Por supuesto que sabíamos de antemano quién es Donald Trump y de alguna manera sabíamos también quiénes son sobre todo los senadores Marco Rubio y Ted Cruz, y en menor medida el neurocirujano retirado Ben Carson y el gobernador del estado de Ohio, John Kasich.
Y qué decepción tan espantosa nos llevamos, no sé si esa sea precisamente la palabra exacta para describir la sensación que me dejó este décimo encuentro entre los contendientes republicanos, ¡qué cosa tan horrible de dizque debate, qué simplicidad y qué pobreza argumental de tipos!, digo, después de Vicente Fox, este ranchero que nos gobernó y que agarró de bajada a quienes votaron por él en el 2000, la verdad es que después de él nunca pensé encontrarme a gente tan llana buscando la presidencia de un país importante, y menos de los Estados Unidos. Debo decir que en la historia reciente del mundo hay más ejemplos de cretinismo, sino ahí están Berlusconi, “el cavalieri”, en Italia y Carlos Saúl Menem en Argentina, pero estos cinco republicanos sí acabaron con el cuadro, ¡qué bruto!
Nada sustancial, los cinco coincidieron y se centraron en criticar el sistema de salud de Obama, el llamado “Obamacare”, que es un sistema de salud público que los republicanos alegan es muy costoso para los contribuyentes, asimismo, censuraron la ausencia de su país en Siria, su falta de contundencia bélica ante grupos islámicos terroristas como ISIS, su flaqueza ante Rusia en el conflicto ucraniano (la guerra de Crimea) y, por supuesto, la amenaza que representa para occidente Corea del Norte. Un tema más en el que coincidieron los cinco republicanos fue el de la inmigración ilegal que llega a los EUA vía su frontera sur, o sea por nuestro país y el narcotráfico, del cual culpan a México por lo que insisten en sellar con un muro la línea fronteriza.
Pero más allá de estos puntos coincidentes en la agenda de los cinco, hay un aspirante que acapara reflectores por el papel que ha jugado como “outsider”, adivinó, se trata de Donald Trump para el que no hay mayores reglas que su criterio propio, su fórmula para encabezar los sondeos dentro de los republicanos es no apegarse a las formas de urbanidad política, lo suyo lo suyo es lo políticamente incorrecto, decir cualquier barbaridad para él ha sido la mejor fórmula para apuntalar su candidatura, su posición económica totalmente desahogada también ha sido un factor que le ha permitido diferenciarse de los otros cuatro, él no vive ni ha vivido de la política, es multimillonario y es alguien que no le debe nada a nadie más que a sí mismo (Self Man Made).
Todavía tengo mis dudas acerca de si va a lograr finalmente la candidatura republicana, pero ni a cuál irle de los otros cuatro, en esencia son iguales: conservadores, derechistas, fundamentalistas, ignorantes funcionales, supersticiosos, pero todavía más, en el caso de Marco Rubio y Ted Cruz, su sangre latina no ha obstado para que renieguen de los suyos y propongan el endurecimiento de las políticas anti inmigración de los Estados Unidos.
Es una pena, con cualquiera de ellos como presidente de los EUA se avizoran nubarrones no solamente para los nuestros en el país del norte, se avizora un panorama bastante negro para el mundo entero, nada nuevo hay que esperar si llega cualquiera de estos cretinos. Confiamos en la sensatez e inteligencia del pueblo norteamericano para rechazarlos en las urnas, cualquiera de ellos sería una desgracia para los norteamericanos y para el mundo mismo.