«La UNAM fue una de las instituciones que ignoró el llamado de la SEP a suspender clases ante los fuertes vientos. El razonamiento para la emergencia es simple: en la CDMX hay miles de árboles de alto riesgo por la caída o desprendimiento de una rama que podría herir a una persona. Aún así, la institución que encabeza Enrique Graue no canceló las clases, en un inicio; finalmente, ante la caída de árboles y ramas, el CCCH Vallejo y la Facultad de Ciencias Políticas tuvieron que decirle a los alumnos que mejor se regresaran a casa. Todo por no atender la recomendación». Lo comentan en ¿Será? de «24 Horas».