Faltan menos de 900 días para la próxima elección presidencial. El Bronco ya nos demostró que ser independiente no lo es todo, y que se requiere de un congreso afín para que sea más fácil gobernar. También demostró que un candidato independiente puede ganar una elección, usando como estrategia el pedirle a sus seguidores que no informen a las encuestadoras de sus verdaderas intenciones de voto, con lo cual dejan inermes a los partidos grandes, pues no pueden contrarrestar una corriente electoral que desconocen.
Lo ideal es que desde este momento se unieran los aspirantes a candidato independiente en una plataforma común, dónde lo mismo se reciban apoyos económicos para la campaña o pre campaña, que propuestas (al estilo Fox) en una página web, y que aunque cada uno busque simpatizantes por su lado, a fin de cuentas trabajen como un solo equipo en el que, cuando las encuestas hablen, sea uno sólo el candidato y los demás lo apoyen, con toda su infraestructura y recursos.
Por lo que se puede observar y entender entre líneas, parece que cada aspirante de un grupo en el que están los mencionados en el próximo párrafo, tendrá su forma particular de captar propuestas ciudadanas, recursos por separado, y sobre todo simpatizantes. Lo cual de entrada pulveriza el capital político, económico e intelectual que pudieran tener entre ellos.
A José Luis Barraza lo conocen en el norte nada más, y trae el mal antecedente de no haber podido ganar Chihuahua como independiente. Jorge Castañeda ha sido un luchador incansable de la causa de candidaturas ciudadanas, y tiene como punto negativo el que jamás ha estado cerca de la base popular, pertenece a una élite y siempre se ha movido en ese sector de intelectuales y políticos, además de ser medio estirado y no muy simpático. En el caso de Pedro Ferriz tiene simpatías en la derecha del espectro político, pero el centro la izquierda no olvidan sus groserías y malos tratos a Carmen Aristegui, incluidas sus burlas, y su soberbia de presumir saber de todo, aunque en la realidad se nota que no sabe de muchísimo, y tiene un enorme núcleo de seguidores (del orden de tres millones de personas) gracias a su presencia en radio, el cual se va a diluir en los próximos meses por su ausencia. Margarita Zavala es la mejor posicionada, por mucho, al grado de que quizá el PAN la abandere, y con ello pierden los independientes, pues a ella también le conviene un partido con estructura y experiencia en elecciones.
Lamentablemente, parece que Juan Ramón de la Fuente no está interesado en competir, ni dentro de este grupo, ni fuera de él. El Bronco es probable que compita pero por su cuenta, con lo cual habría cuando menos dos independientes, el que salga del grupo y otro más. Y con AMLO como un independiente con partido, pues se distancia ante la opinión pública como alguien antisistema, en realidad habrá cuando menos tres independientes si alguien del grupo se anima.
La población de México (un sector) está ávida de darle una lección a nuestra clepto-partido-cracia. Creo que muchos entendemos que los partidos políticos son necesarios, pero al mismo tiempo, quisiéramos que nuestros partidos políticos representaran los intereses de la población o cuando menos de una parte de ella, en lugar de sus propios intereses. Por ello, el 2018 puede ser un año propicio para los independientes, siempre que no proliferen como hongos después de la lluvia. Incluso a los dueños de México, esos que tanto temen una supuesta dictadura de López Obrador, les podría interesar que gane un independiente (y darle todo su apoyo), para evitar que el temido mesías tropical llegue a la presidencia.
Un fenómeno similar se puede dar en Veracruz, si por alguna razón Juan Bueno no gana la gubernatura en 2016, para 2018 ya habrá recorrido todo el estado, y habrá consolidado su imagen y presencia con lo cual, sumado a la ola de independientes puede ser que gane. Sin embargo, hay por allí un resquicio que puede hacer que Juan Bueno tenga aliados inesperados, ya que se nota que ninguno de los Yunes es bien visto por un sector de la población muy importante, el de los ciudadanos hartos de los partidos políticos.
A ojos de una persona que no sepa de que partido es cada candidato, le podría parecer que el gobernador juega a que pierda su partido. La cantidad de problemas que se acumulan día con día, generan un mayor descontento en la población. Por otro lado las divisiones dentro del PAN, el principal partido opositor, y su aliado el PRD con más conflictos internos aún, y sobre todo la guerra de lodo entre PRI y PAN, pueden impulsar a la población a buscar otra opción, que podría ser Morena o el candidato independiente más fuerte que es Juan Bueno, y visto el crecimiento que trae Morena, es más fácil que el independiente gane la elección del hartazgo… Hartos del gobierno estatal y federal del PRI los ciudadanos, y hartos también de los dos gobiernos federales panistas, puede ser que Veracruz se convierta en el segundo estado con un gobernador independiente.
Juan Bueno ha buscado personajes representativos en cada distrito electoral, con el fin de tener un equipo de candidatos a diputado local independientes, que refuercen su candidatura, y además, en caso de ganar, le permitan tener un congreso afín. Y parece que Elías Miguel Moreno Brizuela no ha seguido la misma estrategia, razón por la cual está rezagado. Mientras que Movimiento Ciudadano a pesar de ser propiedad de un querido ex gobernador Veracruzano su candidato Armando Méndez de la Luz no se mira como opción para la población. Así, que en un descuido los candidatos anti sistema como Juan Bueno o Cuhitláhuac (de morena) pueden dar la sorpresa.
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