Buen día apreciado lector:

Para qué detallar aquí lo que usted ya sabe.

Un mitin impresionante el de ayer en el WTC.

Antes de entrar al foro, como el torero a la plaza; como Marco Tulio Cicerón en el senado antes de pronunciar sus discursos por la defensa de Roma contra Lucio Sergio Catilina, en espacios ¡llenos a reventar!, Héctor se veía nervioso.

Lo saludé pero apenas me peló; su mirada estaba ahí en ese salón todo “ví, ay pi”, VIP o como se diga; pero su mente en el texto del discurso, corrigiendo a cada rato, haciendo sufrir como siempre a Hugo Meraz, como lo hacía antes con Paco Guisa o con Nelson o con Marco Hernández; hasta con Santana su chofer amigo, en la búsqueda de la perfección.

Y no era para menos.

Ese mediodía estaba a punto de cumplir ese sueño tan largamente añorado, que a lo largo de más de treinta años le ha costado tanta inversión de tiempo, de desvelos, de cariño, de saliva, de dinero, de enojos, de riesgos, pero también de satisfacciones.

Ese mediodía estaba a punto de ganarle al negro aquel, el primer “raund”, el negro al que, a él y a sus secuaces, no se cómo, pero tarde o temprano Héctor o el otro o el que quede, tendrán que llamar a cuentas ante un estado tan descaradamente saqueado.

Bien arropado por el pueblo, por Manlio Fabio Beltrones, por Miguel Alemán, por Pepe Yunes, Amadeo Flores, Jorge Moreno, Edmundo Martínez Zaleta y por millares de simpatizantes y colaboradores anónimos que lo aprecian desde hace tantos años, Héctor salió al ruedo y fue aclamado por la multitud a los gritos de “¡Olé, olé, olé, olé, Héctor, Héctor!”.

Ahí la lleva, no será nada fácil, pero su campaña de más de treinta años lo posiciona ante el electorado; su desempeño revalora su honestidad. Cuando de joven se unió al PRI ya llevaba su limpia intención.

Ahora es una alternativa confiable para el pueblo de que como gobernador, hará cosas diferentes, buenas, contrario a las tan negativas de sus antecesores.

Ya sabemos que en el PRI como se ve y como en todas partes; como en los tamales, hay: de chile, de dulce y de manteca.

O como dijo Díaz Mirón: hay aves que cruzan el pantano y no se manchan.

El plumaje de Héctor, lo conozco, es de esos.

Ora que Miguel Angel, el candidato del PAN, su primo, le cuestionó ayer mismo no su honestidad, sino “los gastos de campaña”, aunque él también pasó por eso en sus buenos tiempos de priísta, habrá que ver, qué sucede en los terrenos arbitrales.

LOS DELEGADOS

Por lo que hace al acto en sí, la convención de delegados donde por fin Héctor Yunes Landa fue ungido formalmente candidato del PRI a la gubernatura de Veracruz, estuvieron todos: el chiquitaje, los medianos y los de peso completo.

A partir de ahora el candidato tendrá que valorar quienes integrarán su equipo de operadores políticos, distinguir de entre aquellos que son figurines, que son sólo verbo y los que en realidad saben el teje y maneje de las estructuras de organización, movilización y estrategias electorales.

Llegó la hora de seleccionar a los mejores, a los que tienen la experiencia, a los que han hecho campañas y han dado buenos resultados.

El indicador para ser integrado debe ser su historial político, gente con capacidad y talento, que sepan lo que tienen que hacer para enfrentar unas elecciones que a todas luces se ven complicadas.

Sin lugar a dudas, el primero en la lista es Edmundo Martínez Zaleta, con curriculum que pocos pueden igualar; Jorge Moreno Salinas, quien además de ser su amigo de toda la vida, tiene una larga trayectoria de buenos resultados que lo avala.

Pero hay gente en las distintas regiones de la geografía veracruzana, que tienen el perfil y el oficio político para lograr la hazaña del triunfo.

Ahí están priístas de viejo cuño como Luis Sardiñas, el «coño loco», quien puede operar sin problema la zona Veracruz-Boca del Río; Francisco Guisa Hernández en Boca del Río, donde fuera síndico y tiene buen cartel; Felipe Hernández Balderas, originario de Cosoleacaque, quien la mueve en el sur y un Fernando Arteaga Aponte, el famoso «huevo», quien además de poder ayudarle en el puerto jarocho, puede darle excelentes resultados en la zona norte del estado donde es respetado, reconocido y estimado por el gran trabajo político que hizo desde la campaña de Fidel Herrera para gobernador y luego durante su sexenio.

Arteaga llama la atención porque fue coordinador de la campaña para diputado local de Ricardo García Guzmán y además delegado del PRI en el distrito de Pánuco, logrando el triunfo de Ricardo y Fidel; del primero con 18 mil votos arriba del PAN y del segundo con 5 mil votos sobre el partido azul.

Luego, siendo representante del gobierno del estado en la zona norte, le coordina nuevamente su campaña a García Guzmán para presidente municipal de Pánuco y logra de nuevo el triunfo electoral. Así logró alianzas y construyó un liderazgo en los distritos de Pánuco y Tantoyuca, controlando 26 municipios.

Este es sólo un ejemplo de políticos y no es el único, que le pueden ayudar a Héctor Yunes a ganar la gran batalla de junio al primo incómodo hay otros muy aceptables.

Feliz semana llena de paz y armonía.

gustavocadenamathey@nullhotmail.com