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Dos mil millones de pesos a la Universidad Veracruzana, casi otros 2 mil millones al IPE, el respeto y la igualdad de género pues algunos funcionarios consideran que a la mujer se le festeja con desnudos y chistes sexistas, nos deben empleo y educación que siempre aparecen en propuestas de campaña, la seguridad y el crecimiento económico. Todas las deudas de Javier Duarte son con 7, 643 millones de habitantes.
Además de la solidaridad de ex alumnos de la Universidad Veracruzana, de los miembros de la misma, instituciones que se unieron a la causa y todos aquellos que incluso en otros países se sumaron a la protesta de la Casa de estudios de Veracruz, he de aplaudir el discurso de su rectora Sara Ladrón de Guevara, pues no sólo se trata del dinero, sino de todo los sueños de quienes esperan hacer una carrera, de los proyectos en pausa, los jubilados, los desaparecidos y las múltiples injusticias que se han suscitado en el estado, pero sobre todo la confianza.
Un artículo de un conocido portal en internet hace un análisis de las próximas elecciones, asegurando que pese a todos los daños a la ciudadanía la gente seguirá igual. Me niego a creer que no tengamos memoria, que la solicitud de cambio se limite a una mega marcha, no creo que la solución a toda la corrupción y atropellos esté en votar por un partido u otro pero sí que está en ejercer el derecho del voto y hacerlo de manera informada.
Es un hecho que las elecciones están en manos de unos cuantos y lo digo por todos los que dicen ─ ¿para qué votar? ─ y se quedan a ver el girar del mundo desde sus casas. Es muy fácil señalar errores, y decir ─yo hubiera hecho esto o aquello─, pero ¿cuántos somos capaces de actuar en vez de sólo hablar?. En los comicios del 2006 Felipe Calderón ganó por el respaldo de apenas el 21% del total de votantes, lo que significa que el resultado pudo ser otro si más del 40% de la población del país hubiera salido de sus hogares a ejercer su derecho.
Lo mismo pasa en las elecciones estatales, la decisión está en manos de aquellos que alzan la voz, mientras el resto decide quejarse después, pero tuvo la oportunidad de hacer algo antes. Tengo confianza en la humanidad porque veo a miles de estudiantes en la Plaza Lerdo, exigiendo un derecho, noto que el clima no es impedimento para hacer eco y que más personas escuchen los reclamos y me pregunto ¿dónde están todos esos guerreros en el resto de realidades?, aplaudo su coraje y valentía ante la situación que pasa actualmente la Universidad Veracruzana, pero que este sea sólo un comienzo y que los gritos no dejen de escucharse después de un pequeño depósito (de 40 mdp) por parte del Gobernador.
Que retiemble en sus centros cada uno cuando vea una atrocidad, que no pueda más el miedo ni la apatía, que la unión esté con cada ciudadano, cada persona desaparecida, un periodista asesinado, una mujer acosada, un hombre agredido. Las quejas al gobierno pueden ser muchas, pero no perdamos la esperanza ni la capacidad de soñar, crear y seguir luchando. La educación es de los principales derechos que hemos de defender pero antes está el de la vida y hemos de indignarnos igual cuando se ha atentado contra ella.
El gobierno tiene mucho que explicar porque en los años de gestión, de acuerdo a México ¿cómo vamos? Estamos totalmente reprobados, salvo en la reducción del robo de vehículos, pero en el resto, se han incrementado el número de empleos informales, la desigualdad, la deuda y ha disminuido la generación de empleos, tema en el cual somos el último de todos los estados participantes.
Pese al dolor, la inconformidad, la impotencia, la desesperación y todo sentimiento relacionado a los múltiples eventos en Veracruz y el país, soy una eterna optimista porque creo que cada vez somos más los que nos reconocemos entre los despojados, ultrajados y perjudicados, lo cual nos obliga a abrir los ojos para darnos cuenta de todo lo que hemos permitido, aunque también del peso que tiene la unión. Confío plenamente en que estamos en un momento adecuado para compartir inquietudes, para escuchar propuestas no sólo por parte de políticos y gobiernos sino desde los ciudadanos. Seamos creadores de un modelo social distinto que a través de la acción se vuelva más justo y solidario.