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El viejo y obsoleto modelo de atracar a una persona, buscaba como fin central el apoderarse de su dinero: “el dinero o la vida” era una frase con la que se presentaba el ladrón y algunas veces hasta incluía la aclaración de que “esto es un asalto”. Eso era educación. El clásico antifaz negro para evitar ser identificado era parte del uniforme de trabajo, así como unos zapatos de goma para salir corriendo. Todo eso hoy ya es sólo parte de la nostalgia de una historia que transcurre con mayor velocidad.
Los tiempos cambiaron con la incorporación de la tecnología en todas las actividades del ser humano y muchas costumbres o prácticas comunes también se modificaron o de plano desaparecieron. Dejó de ser tan común el asalto para llevarse el bolso o la cartera y aparecieron otras formas con mayor violencia.
Y aquí también aparece la tecnología para transformar la comisión de esos delitos, haciéndolos más fáciles, más rentables y menos riesgosos. Hoy los ciber delincuentes no necesitan utilizar antifaz, zapatos de goma, pistola o navaja; tampoco necesitan vehículos veloces en los cuales escapar, hoy se necesitan computadoras y su conexión a Internet. Todo lo demás es talento.
Robar la identidad de las personas es el delito de mayor y más rápido crecimiento en el mundo y México no podía ser la excepción. Aquí nadie está a salvo; nadie está seguro; nadie puede encerrarse bajo llave en su casa y quedar totalmente fuera del alcance de los ciber delincuentes. Nadie.
El robo de identidad ó usurpación de identidad es la apropiación de la identidad de una persona: hacerse pasar por esa persona, asumir su identidad ante otras personas en público o en privado, en general para acceder a ciertos recursos o la obtención de créditos y otros beneficios en nombre de esa persona. (Wikipedia).
El caso más común hoy en día se da cuando un atacante, por medios informáticos o personales, obtiene su información personal y la utiliza ilegalmente, abriendo cuentas bancarias con identificaciones falsas pero con datos reales.
El trámite de créditos o de operaciones de compra venta en los que el ciudadano víctima de robo de identidad está asumiendo por medio del ciber delincuente y en algún momento tendrá que afrontar o sufrir las consecuencias, empezando por la bronca de caer en el Buró de Crédito que automáticamente le cierra toda oportunidad de acceso a fuentes de financiamiento.
Robo de identidad que también sirve para blanquear dinero, dejando todo el peso de la ley para la víctima de suplantación. Porque emiten facturas falsas, utilizando la Firma Electrónica y el Certificado de Sello Digital de su víctima y muy pronto el SAT va a requerir el pago de los impuestos al dueño real y va a utilizar todos los medios coercitivos incluyendo el embargo o la prisión.
Y por qué razón nadie hace nada para evitarlo?? Porque no quieren ni pueden.
La Condusef reconoce el problema y declara que son Bancomer y Banamex quienes lideran reportes por robo de identidad; también el Secretario de Hacienda Luis Videgaray lo admitió diciendo: “estamos ante un problema grave y de urgente atención”; pero la política fiscal sigue obligando a todos los contribuyentes a utilizar Internet para la Factura, Nómina y Contabilidad Electrónica, con lo que se ponen en riesgo todos, pero mucho más los que utilizan sitios web o “la nube” para esos servicios fiscales. Su identidad, su información fiscal, personal y comercial está expuesta.
Todos los contribuyentes que más o menos entendemos la tecnología estamos en riesgo; pero donde quedaron los adultos mayores (pensionados), los marginados, los indígenas, los que no entienden con que se come eso de la computadora y el internet?? Estos lamentablemente son las principales víctimas de los ciber delincuentes o de su propia ignorancia. Porka Miseria.