El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, reclamó hoy más atención a la “epidemia” provocada por la adicción a la heroína y los analgésicos opiáceos en todo el país, un problema que tiene un efecto “devastador” en todo tipo de estadounidenses.
Desde Atlanta (Georgia), Obama aseguró que para él es una “prioridad” combatir la creciente adicción a ese tipo de drogas, que matan cada año a más estadounidenses que los accidentes de tráfico, y anunció nuevas medidas para “poner el foco” sobre un problema que no recibe “los fondos ni los recursos” que merece.
“Creo que la gente todavía no entiende bien las dimensiones de este problema”, afirmó Obama en un foro de la Cumbre Nacional sobre el abuso de la heroína y los medicamentos con receta.
Obama destacó la necesidad de destinar “más fondos al tratamiento” para los adictos a los opiáceos o las drogas, e instó al Congreso a aprobar su solicitud de 1.100 millones de dólares para ese problema.
El mandatario lamentó que durante mucho tiempo se criminalizara a los adictos en lugar de tratarlos, y achacó esa tendencia al hecho de que “antes se veía a las poblaciones afectadas como pobres o minorías” y muchos atribuían su adicción a “fallos en su carácter” y veían el encarcelamiento como una solución fácil.
“Poco a poco se empieza a reconocer que este problema alcanza a todo el mundo”, argumentó Obama.
Las muertes por sobredosis de drogas han aumentado rápidamente en los últimos años para los estadunidenses blancos, mientras que entre los hispanos y los afroamericanos se han mantenido estables, según los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC).
Cada día, 78 estadounidenses mueren por sobredosis de opiáceos, que incluyen los medicamentos recetados para el dolor y la heroína, y en 2014 -el último año del que se tienen datos oficiales- más de 28.000 personas perdieron la vida por ese motivo.
En 2012 se prescribieron 259 millones de recetas de analgésicos opiáceos, lo que equivale a un frasco de píldoras para cada adulto estadounidense.
La heroína, que tiene un precio mucho más barato en el mercado negro, se ha convertido en un sustituto de los analgésicos opiáceos para aquellos que no pueden conseguir recetas.
Obama pudo escuchar en la conferencia la historia de Crystal Oertle, una mujer de 35 años de Ohio que tiene dos hijos y lleva un año sobria después de una larga adicción al analgésico opiáceo Vicodin que le llevó a engancharse también a la heroína.
“Para mí, se convirtió en algo necesario para poder funcionar, para ir al trabajo, para cuidar de mis dos hijos”, relató Oertle, que comenzó a tomar Vicodin cuando tenía 20 años como algo “recreativo” y cuando se le hizo difícil conseguir las pastillas, acudió a las calles para comprar heroína, más barata y accesible.
“Incluso llegué a robar en tiendas para alimentar mi vicio”, confesó Oertle, que ha podido superar su adicción gracias a un tratamiento que incluye una terapia de grupo.
La Casa Blanca anunció hoy la creación de un fondo total de 11 millones de dólares para 11 estados con el objetivo de que las entidades locales mejoren el tratamiento médico contra la adicción a la heroína y a los analgésicos opiáceos.
También anunció otro fondo de 11 millones de dólares para que los estados puedan comprar y distribuir naloxona, un medicamento que se utiliza desde hace más de 40 años para tratar las sobredosis de opioides y que está disponible sin receta en algunas farmacias.