«La ciudad se compone de poco más de dos calles empinadas, con algunas casas grandes y excelentes, lo mejor como siempre pertenecen a comerciantes ingleses, y muchos de los de la Vera Cruz, que vienen a vivir cerca de Jalapa. Hay algunas antiguas iglesias, un convento muy antiguo de los frailes franciscanos, y un mercado que es un lugar bien abastecido. En todas partes hay flores y rosas». Es parte de que escribió La Marquesa Calderón de la Barca a su paso por Xalapa. Lo comenta Jorge Díaz Bartolomé en «El Heraldo de Xalapa».