Buen día apreciado lector:
Con todo eso de las campañas por la gubernatura que acaban de arrancar y los lineamientos federales para la promoción de la obra pública del gobierno, acaso confusos temores por la difusión en tiempos electorales, propiciaron que prácticamente pasara desapercibida este sábado 2 de abril, la inauguración de dos edificios básicos para la impartición de justicia en la Entidad, en Jalacingo y Coatepec.
Precisamente cuando apremian los tiempos que promueve el gobierno federal para que se establezca formalmente la actualización y modernización en la impartición de justicia en todo el país, contemplada oficialmente para el once de mayo próximo, el Tribunal Superior de Veracruz cuenta con un titular consciente, honesto y responsable, que habiendo vivido el abandono de su institución desde antes de asumir el cargo, ideó y promovió la dignificación de las instalaciones materiales de este poder, considerado por muchísimos años “el patito feo” entre los tres poderes de Veracruz.
Así, decidido a alcanzar todo el apoyo del titular del Ejecutivo al que convenció de trabajar en ese propósito y de un Consejo de la Judicatura progresista, integrado al iniciar gestión cinco años atrás, con gente experimentada que quiere a Veracruz y a su profesión, de la talla de Fernando Charleston Salinas, José Luis Salas Torres, la Maestra Emma Rodríguez Cañada, Raúl Pimentel Murrieta y Javier Hernández Hernández, Alberto Sosa Hernández visualizó lo que tenía que hacerse y al tercer año ya lo había concretado.
Ese positivo desempeño le mereció la reelección indiscutible.
Alberto Sosa Hernández entendió el papel que le ha correspondido desarrollar en la historia de la judicatura de Veracruz, con todo y los problemas económicos en que se metieron las últimas dos administraciones del gobierno de Veracruz.
Por eso los últimos años literalmente “anduvo correteando” al titular del Ejecutivo para que hiciera “un tiempito” en su apretada agenda y pusiera oficialmente en operaciones los edificios llamados ciudades judiciales construidos en diversos lugares.
Así se hizo al culminar el que encontró iniciado por su antecesor Reynaldo Madruga Picasso en Cosamaloapan; luego con el principal de seis pisos en la capital del estado; otro majestuoso en el puerto de Veracruz; igualmente, con el de Córdoba y uno en el distrito de Orizaba; el imponente de Pánuco recién inaugurado oficialmente y ahora los de Jalacingo y Coatepec, teniendo pendiente el que se rescata a medio construir en San Andrés Tuxtla.
Por otra parte, ahora que se inauguró el de Jalacingo, Sosa Hernández dijo que Veracruz ha cumplido y seguirá cumpliendo con los parámetros señalados en la reforma penal constitucional, que sin duda alguna actualiza en un alto nivel, el alcance en todos sus aspectos del amplio campo de los Derechos Humanos.
Explicó que a partir de ahora han entrado en este nuevo sistema 19 distritos entre los cuales se encuentra el de Jalacingo, en el que se cuenta con una ciudad judicial que permite desarrollar las actividades de la mejor manera.
También señaló que el nuevo sistema y de acuerdo a lo que dispone el Código Nacional de Procedimientos Penales, tiene por objeto establecer las normas que han de observarse en la investigación, el procesamiento y la sanción de los delitos para esclarecer los hechos, proteger al inocente, procurar que el culpable no quede impune y que se repare el daño.
El magistrado Sosa aseguró que esta será ocasión para probar que en Veracruz somos capaces de sostener un sistema de justicia que guarda consistencia con la forma democrática de gobierno por la que hemos optado.
Ahora se contemplan nuevos esquemas para el dictado de una sentencia pues el juez está en condiciones de valorar las pruebas de manera libre y lógica, lo que desde luego le exige aplicar su intelecto con responsabilidad, atendiendo los valores básicos de verdad y justicia, exigidos en esta delicada misión.
Añadió que este y los nuevos edificios reúnen todas las condiciones de confort para el desempeño de la función, por lo que no solo deben dimensionarse en lo material, sino también en lo intrínseco del ser humano.
“Esto es así, toda vez, que independientemente del esfuerzo para mejorar la infraestructura material, encontramos que en la aplicación de la ley, resulta inspirador de confianza en la ciudadanía el contar con servidores públicos honestos, capaces, responsables y comprometidos con la administración de justicia”.
También precisó que quienes son parte del Poder Judicial, actúan con la única finalidad de que los justiciables, tengan la seguridad que las cuestiones sometidas a consideración de los jueces, son analizados con profesionalismo y vocación de servicio con estricto apego a la norma.
Tenga el lector un día de paz y armonía.
gustavocadenamathey@nullhotmail.com