¿Debería espantarme por el escándalo global del Panamá Papers? Es la pregunta que me hago a media noche, después de dar vuelta sin poder dormir por este nuevo cambio de horario, que no sé usted, pero yo no ahorro nada.
Desde que apareció el trabajo de investigación documentado por 376periodistas de 76 países y acompañado de 11.5 millones de documentos filtrados y 2.6 Terabytes, hubo mucho revuelo en todos los medios de comunicación.
Las reacciones definitivamente en contra de los involucrados son negativas ya que siendo ricos y poderosos han llevado sus activos a paraísos fiscales para esconder sus fortunas y evitar pagar impuestos por ellas. Recordemos que son 14 mil 153 clientes, 12 líderes mundiales, 61 familiares o socios de líderes, 128 funcionarios y 29 millonarios de la lista Forbes.
En algunos casos, el malestar ha sido extremo al grado que hasta algunos sectores de la sociedad se han manifestado para pedir la renuncia del primer ministro de Islandia, Sigmundur Gunnlaugsson, que había renunciado el pasado martes, pero que anteayer dijo que siempre no, que no renunciaba, que sólo se hacía a un lado por tiempo indefinido, aunque eso sí, aceptaba su participación.
Mala, muy mala noticia para los que creíamos que se había hecho justicia y que en Islandia sí pasaba algo, ¡no como en México!
¿Pero pasará algo con los demás involucrados en este escándalo mundial?
El tiempo pasa y la efervescencia del destape donde aparecen importantes personajes como el mejor amigo del presidente ruso Vladimir Putin; el presidente argentino Mauricio Macri; el rey de Arabia Saudí, Salmán bin Abdulaziz; Petro Poroshenko, multimillonario y presidente ucraniano; Pilar de Borbón, hermana del Rey Felipe VI de España; Michel Platini, de la UEFA; Leo Messi, Iván Zamorano, Pedro Almodóvar y hasta Jackie Chan, por mencionar algunos.
Tal parece que el escándalo sólo está teniendo una respuesta mediática, pues muchos países que están involucrados de manera indirecta no quieren cambiar sus legislaciones fiscales y están haciéndose como que la virgen les habla.
Aunque recordemos que después de los casos de WikiLeaks, o las filtraciones de cables diplomáticos del Departamento de Estado, las cosas han cambiado en el mundo, por lo que se espera después del Panamá Papers suceda lo mismo y se ejerza una presión social mundial que asegure un acuerdo internacional que ponga fin a los paraísos fiscales en 2017.
Francia ha sido de los países que ha tomado medidas y ha puesto a Panamá en la lista gris de paraísos fiscales.
Por lo pronto, en México, el Panamá Papers ha servido para que los legisladores de oposición se manifiesten y metan presión contra el gobierno de Peña Nieto para que se investigue a los 33 mexicanos involucrados en nuestro país. Recordemos que en esta lista figura el contratista favorito del gobierno federal, Juan Hinojosa Cantú (el mismo de las casas blancas).
Por otro lado, sí usted es de los que piensa que se les iba a castigar por mandar sus fortunas a lugares donde no se cobran impuestos, se equivocó. Incluso, Aristóteles Núñez, titular del Servicio de Administración Tributaria (SAT), para no verse débil debido a que se fugan los capitales en sus narices (uno de los 33 mexicanos involucrados es empleado del SAT) ha ordenado diversas investigaciones y auditorías a los involucrados; sin embargo, ha dicho que si los capitales fugados regresan al país pueden pagar el impuesto omitido con sus recargos y actualizaciones y como si nada hubiese pasado.
A los veracruzanos también nos tocó un cachito del escándalo, ya que Omar Yunes Márquez, empresario originario de Boca del Río, salió a relucir entre los 33. Al parecer no participó, sólo lo intentó, razón por la que salió raspado por el Panamá Papers.
Y desde luego, el daño colateral fue directamente para la familia Yunes Linares, en especial para el candidato Miguel Ángel que precisamente acababa de poner una denuncia contra Javier Duarte de Ochoa por enriquecimiento ilícito y evasión fiscal. Pareciera que hasta Duarte tuvo suerte, pues la acción panista fue opacada totalmente por el caso Panamá Papers.
Pero ¿le afecta directamente al candidato Yunes Linares? Desde mi punto de vista sí le afecta ya que la sociedad está cansada de que le mientan y más cuando el tema principal es tratar de evadir el pago de impuestos, pues recordemos que la carga tributaria está en la población de clase media baja.
Pasa una hora y sigo sin dormir; mi gallo interno no se ha adaptado al horario. Creo que no me espanta el Panamá Papers, pues incluso en algunas ocasiones yo misma busco pagar menos impuestos como muchos otros mexicanos. Lo que me espanta es que el SAT, que fiscaliza terriblemente a las personas físicas, a pequeños y medianos empresarios, no pueda hacerlo con los multimillonarios mexicanos. Esa política recaudatoria, ¡sí que espanta!