En nuestro querido México cualquier funcionario público podría escribir todo un tratado del arte de hacerse penitendejo (lo escribo así para evitar la censura). El P.U.P. aquél famoso partido político inventado cuando no se podía votar por nadie más que por el PRI sigue vigente, pero ahora sus máximos representantes son los funcionarios públicos.
Cada vez que hay un problema que se puede resolver aplicando la ley, pero que políticamente no conviene aplicar la ley, o no conviene a los de su partido o a los de su grupo, o a los que se reparten el botín del presupuesto, entonces el funcionario público encuentra la manera de darle una y mil vueltas con tal de no enfrentarlo. No importa que se dañe la economía de miles, no importa que se pierdan millones de pesos, no importa que se exponga la vida, la salud y los bienes de miles de mexicanos. En resumen, no importa cumplir con el deber para el cual fue elegido o designado el respectivo funcionario.
Sí, si estás pensando que estoy enojado, tienes toda la razón. Estoy seguro de que tú también estas enojado. Tú y yo y la mayoría estamos hartos de que la autoridad actúe cuando conviene, o a voluntad del poderoso en turno, y no cuando la ley la obliga a ello. Y si tienes dudas de a que me refiero, te pongo algunos ejemplos:
¿Sabes porque en nuestro país no se denuncian los delitos que sufren los ciudadanos? Porque los ministerios públicos practican el arte de hacerse tontos. No tienen personal, no tienen capacidad humana ni técnica para atender todos los casos que se les denuncian, y todos sabemos que presentar una denuncia no sirve de nada, salvo que se aceite la maquinara y se gaste en abogados para darle seguimiento a los asuntos. Se denuncia menos del 5% de los delitos, y se investiga menos del 5% de las denuncias, y se encarcela a menos del 5% de los delincuentes que han sido denunciados e investigados. Prácticamente tiende a cero la procuración y administración de justicia en México.
En la cdmx (ciudad de México) tienen otra vez contingencia ambiental. Tienen números seguros de muertos y costos por la contaminación y ni así hacen lo que deben. Mancera y su gente se hace tonta. Permiten manifestaciones que implican mayor generación de contaminantes. Desde el peje con sus ocultos segundos pisos, en adelante se construyen nuevas vías para los autos en lugar de privilegiar la construcción de mejor transporte público. Se permitió y solapó la corrupción en los verificentros. No se estimula el uso de de vehículos eléctricos o diésel que no producen ozono. En fin, no se hace lo que se debe, sino lo que conviene.
Cada año la autopista que va de la cdmx a Veracruz (el primer puerto mercante del país) es bloqueada en diversas fechas por diversos grupos. La mayoría de las veces estos grupos la bloquean por desatención de las autoridades locales o federales. Mientras duran los bloqueos, miles de mexicanos sufren una violación a su libertad de tránsito, sufren asaltos en sus propios vehículos pues al pasar la noche en carretera sin poder moverse, grupos de delincuentes caminan entre los coches, tocan las ventanas y asaltan con plena tranquilidad, al no haber autoridad que prevenga esos delitos. Total la PF, y el resto de las autoridades de prevención de delitos se hacen tontas. Si consideramos el dinero que se pierde por la paralización del transporte de bienes perecederos (que se pierden) y no perecederos que también cuesta cada minuto que no llegan a su destino, son cientos de millones de pesos que se pierden. Y todo porque unos funcionarios no atendieron a tiempo a los manifestantes y otros funcionarios como el secretario de gobierno Osorio Chong tampoco cumplen con su función de mantener el orden en el país, sobre todo en territorio federal.
Apenas leía una acusación del gobernador Duarte, señalando a los presidentes municipales por no cumplir su función de prevención de delitos en su municipio y dejarle todo al mando único, aprovechando que no gastan un peso en seguridad y todo lo absorbe el estado. Allí hay dos áreas que se hacen tontas. La primera es el propio estado, pues en los convenios de mando único, se les olvidó considerar los costos del mismo, así que el propio estado se puso la soga al cuello y ahora no tiene recursos para que ese mismo mando único funcione mejor. Por el otro lado, los alcaldes se hacen tontos. Pudiendo establecer una policía preventiva sin que desaparezca el mando único en sus municipios, no lo hacen, y se hacen tontos. La razón es que el dinero que ocupaban en pagar policía y tránsito los ayuntamientos antes de la llegada del mando único, que hoy sigue en manos de los ayuntamientos, ya se usa para pagar a más empleados municipales o para otros gastos del propio ayuntamiento y no quieren aplicarlo para lo que es, el atener las verdaderas necesidades de la población del municipio. No! Mejor lo reparten entre correligionarios de su mismo partido, además de eludir la responsabilidad que por ley les corresponde.
En la aduana de ciudad Juárez, los camiones de carga con exportaciones mexicanas tardan más de seis horas en cruzar cuando es hora pico. Y la culpa no es de la aduana americana, si no de la mexicana. Nadie en la secretaría de hacienda entiende que se pierden millones de pesos por los retrasos, además de que el país pierde competitividad como fuente de abastecimiento y fabricación de productos para los gringos. Algo que sería muy fácil de resolver en bien de México, se deja en el olvido, esperando que todos se adapten a la ineficiencia, cultivando una vez más el arte de hacerse tontos.
Todo México sabe que los agentes de migración en el sur del país, comercian, trafican y se benefician del flujo de migrantes de centro américa hacia Estados Unidos. Ninguna autoridad le pone freno, sólo medidas paliativas y de simulación como establecer que ya no es delito transitar por el país. Sin embargo el negocio con seres humanos sigue viento en popa, y ningún funcionario lo resuelve. Prefieren hacerse tontos, como se harán también con los Panamá Papers y con cualquier otra cosa que surja en nuestro querido y sufrido México, sede de los mayores y mejores integrantes del P.U.P. (Partido Único de Pendejos), quienes tienen su post doctorado en el arte de no resolver y hacerse pendejos en su puesto.