Ahora que en la Ciudad de México se les han complicado las cosas a partir de las contingencias ambientales, producto de los altos niveles de contaminación registrados en el Valle de México, estas experiencias, dolorosas para los habitantes de la gran ciudad y su zona metropolitana, nos deberían servir para prevenir experiencias similares en concentraciones urbanas como la de la ciudad de Xalapa, la capital veracruzana.
Es cierto que no hay un punto de comparación entre la realidad que se vive en el altiplano y la realidad que vivimos aquí a nivel local. Desde la población, según el último Censo de Población y Vivienda 2010 realizado por el INEGI, los seis municipios (Banderilla, Coatepec, Emiliano Zapata, Jilotepec, Rafael Lucio y San Andrés Tlalnelhuayocan), apenas es un poco menor a 700 mil habitantes, por lo que respecta a la zona metropolitana de la ex capital de la república, a esta la comprenden alrededor de 60 ciudades, una del estado de Hidalgo, la ciudad de México y las demás, poblaciones del estado de México, con más de 22 millones de habitantes, lo que la hacen ser además una de las mayores concentraciones poblacionales en el mundo.
Sin embargo, a escala, muchos de los problemas que hoy están padeciendo en la ZM de la CDMX es muy probable que pronto se estén replicando aquí en la aldea y los municipios conurbados que la comprenden. Sin embargo hay diferencias ostensibles que hay que remarcar a fin de que podamos hablar de fortalezas y debilidades y, en todo caso, se puedan prospectar posibles soluciones. Las actividades productivas de Xalapa y su conurbación básicamente corresponden al sector terciario de la economía. Desde prestación de servicios que van del pequeño, mediano y gran comercio, las actividades del Gobierno del Estado (los tres Poderes), la mayoría de oficinas de representación del Gobierno Federal, la principal universidad pública estatal, más un numeroso grupo de instituciones de educación tanto públicas como privadas en sus distintos niveles educativos, centros hospitalarios, oficinas de servicios, bancos, servicios financieros y servicios de profesionales (médicos, abogados, contadores públicos, etc.)
La ZM de la CDMX definitivamente se cuece aparte. Para empezar la altura influye definitivamente de manera negativa, quienes no están acostumbrados a la altura cuando visitan la CDMX recienten inmediatamente sus efectos (2,240 contra 1,400 y pico de metros sobre el nivel del mar), dicen los que saben que esta diferencia representa más o menos un 23-25 % menos de oxígeno respecto a éste, por lo que se siente inmediatamente que a uno le falta el aire en la ex capital. La ZM de la CDMX, aunque se considera un valle, en realidad es una especie de cuenco rodeado de montañas que forman una cortina natural que impide la circulación del aire. Xalapa si está en un valle descendente que empieza en la zona de Las Vigas y continúa hasta la franja costera, lo que permite un flujo constante de los vientos.
La orografía de la ZM de la CDMX hace posible las inversiones térmicas, que son –otra vez los especialistas lo afirman- como un domo natural que se forma que provoca un estancamiento de los contaminantes y de partículas suspendidas. Pero una diferencia sustancial entre aquella y ésta definitivamente son las más de ¡40,000 industrias!, que hay allá, de las cuales 5,000 se consideran altamente contaminantes y 400 son críticas en cuanto a la producción de contaminantes. Por otra parte, en la CDMX se calcula que circulan diariamente alrededor de 4 millones de unidades motoras y en cuanto a población, ahí se concentra aproximadamente el 20% de la población total de la República.
En conclusión, las diferencias saltan a la vista, pero en Xalapa circular en carro a veces es tan caótico como sucede en la CDMX, guardadas las proporciones y las distancias, además de que el terreno de Xalapa, a diferencia del de allá, es bastante accidentado y, por lo tanto, muy accidentado. Ya habíamos dicho que la retícula urbana de Xalapa es muy irregular, no responde al patrón típico de las ciudades novohispanas y el crecimiento de la mancha urbana ha sido muy desordenado, exponencial, al menos en los últimos 30 años su población ha crecido ‘cúbicamente’.
Pero vamos de gane en que en Xalapa y en su conurbación no hay industria de chimeneas, si acaso hay maquiladoras y en una pequeña escala, pero insisto, el principal problema de la capital es el urbano, el de la movilidad, el de un transporte público pre moderno que no está a la altura de las exigencias que una conurbación como esta requieren. Como hacía tiempo no pasaba, el transporte público urbano cada vez es más parecido al de Veracruz (Boca del Río, Medellín, Cardel, Alvarado, Tlalixcoyan y Alvarado), es decir, en lugar de modernizarse ha tendido a la chatarrización, hay líneas interurbanas con camiones de más de 20 años de servicio, además de que su circulación es irregular, al margen de la ley (circulan sin placas, sin permisos, están exentos de revista vehicular y de control de contaminación medioambiental), en donde la aspiración de un servicio moderno y eficiente, con chóferes capacitados no pasa de ser una entelequia.
Entonces, quizá dentro de poco tiempo se tenga que imponer un ‘hoy no circula’ en Xalapa no tanto por la alta contaminación de la zona, sino más bien por la alta saturación y circulación vehicular, primero se deberá empezar por tener un transporte público moderno, eficiente y con sistemas anticontaminantes (convertidores catalíticos, etc.). Hoy, penosamente y salvo honrosas excepciones que ya hemos mencionado y reconocido aquí (Rilmarbus y Miradores del Mar, algunos, no todos), el demás transporte público de Xalapa deja mucho que desear, imposible de usar. Deberíamos comenzar para empezar y para prevenir dolores de cabeza futuros, que todos los concesionarios de transporte público en la región cuenten con unidades dignas para los habitantes de esta conurbación.