Los problemas de Xalapa pues y de acuerdo con la entrega anterior, aunque ciertamente hay ciertas similitudes, puntos en común, coincidencias, la problemática en materia medioambiental y de vialidad que aquejan a la ex capital de la República, no tiene el mismo origen que la de Xalapa, son ciudades diametralmente opuestas, la de la CDMX es de una dimensión tal que podría llegar a ser inmanejable e irresoluble en el mediano y corto plazo.
La ciudad de México es, además de la capital de la República, es decir, la sede de los tres poderes del Gobierno Federal, la de la principal universidad pública del país, la UNAM (nada más ahí se concentran diariamente cerca de 200 mil seres humanos), la del Instituto Politécnico Nacional (IPN) y de la Universidad Autónoma Metropolitana, con sus tres grandes unidades: Iztapalapa, Xochimilco y Azcapotzalco, además de otros grandes centros de educación superior como el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM, campus Ciudad de México), el Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE), el Colegio de México, la Universidad Panamericana, la Universidad del Valle de México y la Universidad Latinoamericana (ULA), pero por si esto fuera poco, es la sede de las grandes unidades hospitalarias de la Secretaría de Salud (los Institutos), del IMSS y del ISSSTE (Centro Médico Nacional, “20 de noviembre” e “Indios verdes”).
Pero también hubo y hay instalaciones industriales de gran calado como la ex refinería de Azcapotzalco, industrias cerveceras y refresqueras, de panificación industrial, acereras, siderúrgicas, empacadoras y un indeterminado número de industrias de la transformación y manufactureras que se cuentan por miles, es decir, una ciudad con una dinámica económica portentosa a nivel masivo de a de veras, sin contar con los centros comerciales que, de tantos, ya hasta la cuenta se ha perdido (hasta no hace mucho en la CDMX los centros comerciales se contaban con los dedos de una mano: Plaza Universidad, Plaza Perisur, Plaza Santa Fe, Plaza Coyoacán y Plaza Vallejo), más el principal centro religioso de Latinoamérica y uno de los más importantes del mundo, la Basílica de Guadalupe, que cada año recibe a millones de creyentes en peregrinaciones que vienen de todas partes.
Y a todo eso habría que agregar los múltiples centros culturales como museos, galerías, la Catedral Metropolitana, el Palacio Nacional, el Palacio de Bellas Artes, el Museo Nacional de Antropología e Historia, el Monumento a la Revolución, el bosque y el Castillo de Chapultepec, Coyoacán, Tlalpan, Tláhuac, más cines, teatros, centros culturales, etc., y es el más importante centro financiero de México y por tanto sede también de las principales oficinas matrices de bancos y casas de bolsa, así como del aeropuerto internacional ‘Benito Juárez’, con millones de pasajeros que van y vienen todos los días, es decir estamos hablando de uno de los conglomerados más importantes del mundo, una metrópoli en el más amplio sentido de la palabra, con todos los problemas inherentes que se puede uno imaginar asociados al tamaño de la concentración de la que estamos hablando.
Y en la CDMX se han hecho innumerables intentos para revertir o más o menos atemperar los efectos que este “monstruo” trae consigo: miles de millones de pesos invertidos en grandes vialidades como el viaducto y el periférico, el circuito interior, Insurgentes, que hasta hace poco era una de las avenidas más grandes del mundo; avenida Tlalpan, Río Churubusco, avenida Plutarco Elías Calles, avenida del Paseo de la Reforma, el Sistema de Transporte Colectivo Metro, los ejes viales, trolebuses, tren urbano, un tiempo el sistema de tranvías; microbuses, ‘peseras’, taxis, bicitaxis, colectivos, UBER, segundos pisos, túneles, pasos a desnivel, autopistas interurbanas, ‘Hoy no circula’ y verificación vehicular para checar el sistema de combustión de las unidades motoras y de los convertidores catalíticos. Últimamente cada vez más circulan autos eléctricos y con combustión mixta a base de gasolina y gas que son más inocuos.
En fin, para hablar de la CDMX y sus grandes problemas hay que hacer una tesis y escribir varios tratados, nunca terminaríamos de hablar por ser tantos, y aquí en Xalapa también tenemos los nuestros, a lo mejor no tan complejos y de una magnitud como los del altiplano, pero ya hay que empezar a trabajar en ellos para evitar que no nos rebasen mañana y con ello la vida en la capital se haga imposible. Ya se ha venido trabajando en ello, Américo, por lo que hemos podido platicar con él, está empeñado en ir quitándoles presión a los más urgentes, por ejemplo el del agua, cualquier día nos podemos quedar sin el vital líquido, Xalapa depende de una fuente de abastecimiento que está en el estado de Puebla, se deben buscar otras alternativas y para empezar la gran tarea es no desperdiciar el agua y abonar al uso racional de la misma –en eso ya está trabajando el alcalde-.
El otro gran problema de la aldea es el de la vialidad, que es algo con lo que los ciudadanos lidiamos todos los días. Hay una gran saturación permanente de importantes avenidas: Lázaro Cárdenas en el entronque con avenida Xalapa y Ruiz Cortines, y en los distribuidores viales Chedraui Caram y Araucarias; de ahí el centro, Enríquez, el circuito Presidentes en el perímetro de la USBI y para qué le sigo, conocemos todos cuáles son los ‘cuellos de botella’ de la capital. Para resolverlos se han puesto sobre la mesa diferentes estudios y proyectos, algunos están pendientes y otros supuestamente ya están programados: el arco norte, el distribuidor de la SEFIPLAN y una vía alterna a Lázaro Cárdenas que permita el desfogue de sur a norte y viceversa de la inmensidad de autos que usan esa única ruta hasta ahora. En eso también ya está trabajando el alcalde.
Hay más proyectos y propuestas, también un ‘Hoy no circula’, “segundos pisos” en la avenida Lázaro Cárdenas y etcétera, pero de eso seguiremos hablando en una próxima entrega.