La inasistencia de Héctor Yunes Landa al primer “debate” entre los candidatos a la gubernatura de Veracruz podría tener consecuencias y restarle bonos o votos, sobre todo porque se trató de un espacio universitario –mediatizado y explotado en los últimos meses- donde fue el único que no acudió al encuentro.
A todas luces su falta en esa mesa de opinión –el primer encuentro entre aspirantes a suceder a Javier Duarte- se tomó como un desdén a la comunidad académica, que se ha integrado en el Colectivo en Defensa de la Universidad Veracruzana.
En la primera etapa de la campaña electoral, con un gran uso de las redes sociales, los memes no se hicieron esperar, el más divertido fue donde lo “dibujan” en la silla que quedó vacía y el más reciente donde lo muestran en la final de la Copa MX, porque al estadio de fútbol “sí pudo ir”.
El priista parece ir en picada y sus oponentes aprovechan cada paso que da o no da para explotarlo al máximo en Facebook o Twitter, donde se desarrollan ahora las campañas, a la par de los medios de comunicación tradicionales.
El estado de Veracruz ocupa el tercer lugar en la lista nominal de electores en el país, con cinco millones 600 mil votantes aproximadamente. Poco más del 50 por ciento de su población vive en pobreza y de ese porcentaje el 20 se encuentra en marginación extrema.
Es uno de los pocos estados del país que no han tenido alternancia electoral en el gobierno estatal desde hace más de 80 años. El PRI y sus militantes han gobernado casi un siglo a los veracruzanos.
Y una estrategia vieja de los candidatos priistas era desdeñar o evitar los debates para no exponerse a ataques cuando llevaban una clara delantera frente a sus oponentes. Funcionaban porque la ventaja que tenían era real y ganaban, porque “iban en caballo de hacienda”, me decía hace unos días don Rubén Pabello Rojas. Era una postura muy partidista.
El Peje, ex priista por cierto, aplicó la misma estrategia cuando el IFE realizó un foro de debate con los candidatos a la Presidencia, por desprecio no acudió y ahí se fueron en picada los 20 puntos de ventaja con que inició la campaña. Fue en el 2006, cuando perdió con Felipe Calderón.
En el 2000, hubo dos debates. Francisco Labastida Ochoa del PRI sí asistió pero la percepción de la ciudadanía fue que el panista Vicente Fox había ganado el debate. Un mes después ganaría las elecciones, convirtiéndose así en el primer presidente del PAN en México.
Ahora Héctor parece que revivió aquella práctica viciosa y soberbia de sus antecesores, que podría costarle algunos puntos o votos. Será que le pasen la factura los ciudadanos de ese “tropiezo” al inicio de la campaña…Al tiempo y no falta mucho para conocer el resultado.


“Un periodista es un gruñón, un censor, un donante de consejos, un regente de los soberanos, un preceptor de las naciones. Cuatro periodistas hostiles son más temibles que un millar de bayonetas”: Napoleón. Lo leí en “El periodista universal” de David Randall.