A veces lo increíble, la fantasía, lo no imaginado puede convertirse en realidad. Incluso, en necesidad. Recuerdo la novela 1984, de George Orwell, cuya temática versa sobre la vigilancia continua del ‘gran hermano’. Hoy las cámaras son necesarias para nuestra seguridad. Ojos electrónicos en las calles, en las puertas del hogar, en las entradas de los comercios e incluso, dentro de ellos. ¿Cómo llegamos a estos niveles de vernos unos a otros?

Gracias a estos nuevos aditamentos que la tecnología nos ha dado se ha podido conocer casos escandalosos de corrupción política, resuelto asaltos y crímenes, proteger a la gente que transita en las calles, vigilar desde un monitor que nadie robe la mercancía, etcétera. Incluso, ahora hasta ‘fotomultas’ hay en varias entidades del país.

Me entero que el diputado vocal de la Comisión Permanente de Procuración de Justicia de la LXIII Legislatura local, Gustavo Gudiño Corro hará un llamado a directores de escuelas y sociedades de padres de familia hacer esfuerzos para colocar cámaras de vigilancia que permitan detectar cualquier situación irregular.

La idea no parece mala y creo que en planteles grandes sería una opción interesante para cuidar a nuestros estudiantes. La población estudiantil, sobre todo en el nivel básico, es muy numerosa. Basta ver la cantidad de gente que se congrega en las afueras de los planteles en la hora de salida del turno matutino y entrada del vespertino. Padres y madres en espera de sus hijos que en conjunto, saturan las banquetas y el tráfico vehicular.

Nos dice el legislador: “La instalación de cámaras de vigilancia en las escuelas contribuiría a evitar o prevenir situaciones ilícitas, porque estaría vigilada la comunidad estudiantil y al mismo tiempo facilitaría detectar cualquier situación externa que ponga en riesgo a los alumnos.”

Recordemos que en Veracruz está vigente la Ley Contra el Acoso Escolar que busca garantizar la integridad física y psicológica de los educandos en un ambiente libre de violencia en las escuelas, así como canalizar -para su adecuado tratamiento- a los alumnos que sean víctimas o autores del acoso escolar entre otros.

Colocar cámaras podría facilitar al personal docente, de apoyo técnico y manuales, la vigilancia y el cuidado de nuestra niñez y juventud dentro de las escuelas publicas de nuestro estado. Por supuesto, sólo es una propuesta que habrá que valorar su aplicación.

Viene al caso recodar que el 30 de enero de 2015 el Poder Legislativo estatal aprobó una reforma a la Ley Contra el Acoso Escolar que obliga a las escuelas crear los Centros de Mediación Escolar para prevenir y erradicar los actos de acoso en los alumnos y en caso de generarse, aplicar las medidas cautelares para su pronta solución.

Sea pues este tema un pretexto para reflexionar sobre la violencia intraescolar que a veces nos lleva a conocer situaciones desagradables y, en el peor de los casos, funestas que caen en el ámbito judicial.

Me sumo a la idea de colocar cámaras de vigilancia en las escuelas cuyas dimensiones y población escolar lo ameriten. No se trata de violentar la privacidad de ninguna persona, pero hoy vivimos tiempos que más nos vale prevenir que lamentar.

Por hoy es todo, les deseo un excelente fin de semana y nos leemos en la próxima entrega