«El empoderamiento ciudadano que se ha dado en las redes sociales, deseable en principio por permitir escuchar en muchas ocasiones un justo reclamo de la sociedad, se ha venido tergiversando al constituir no sólo un medio para denunciar hechos, sino para juzgar y dar por sentado que lo que se dice y repite continuamente en las redes es verdad absoluta e inobjetable, dando un efecto contrario al sano principio por el que fueron creadas las redes que es el de mantener comunicados a los amigos y a toda la humanidad, efecto que ha llevado a muchos a encontrar en las redes un desahogo para sus frustraciones por estar padeciendo tantos problemas, constituyéndose muchas veces, por simples rumores, en un Tribunal especial». Es parte de lo que escribe Paco Guisa Hernández en su «Voz en libertad».