Visibilizar la violencia en contra de las mujeres parecería tarea sencilla, pero no lo es. Aun con las tecnologías de la información, muchos casos se desconocen y otros se magnifican y termina por darse la revictimización.
En Veracruz tenemos un alto índice de homicidios dolosos en contra de mujeres y niñas (mil 214 casos en 15 años) y feminicidios (161 del 2012 al 2015), según las cifras oficiales y reconocidas por el estado. Ese mismo reporte, señala que los municipios con una mayor incidencia son: Veracruz, Xalapa, Coatzacoalcos, Córdoba, Papantla y Poza Rica, en orden de prelación.
El mayor número de víctimas tenía entre 21 y 40 años de edad, pero también hay saña en contra de jovencitas y niñas.
Por lo que respecta a la ocupación de las víctimas, se observó que 347 se dedicaban a labores del hogar, 131 eran empleadas, 66 comerciantes y 64 estudiantes. En 522 casos se desconoce la ocupación de la víctima y las demás tenían distintas actividades.
De 12 a 15 años existe más riesgo para que las adolescentes sean sustraidas en contra de su voluntad. Cifras de la Segob, indican que durante el sexenio se reportaron 90 desapariciones de menores de 1 a 17 años de edad, el 53.16 por ciento corresponde a mujeres.
Aunado a las estadísticas, se encuentra latente la cultura de la “no denuncia” por desconfianza en las autoridades o porque simplemente no estamos acostumbradas a ejercer nuestros derechos.
Ya he dicho que no soy feminista, creo en la equidad, tampoco se trata de hacernos las mártires, pero también es cierto cuando especialistas señalan que la mayoría de las mujeres en alguna etapa de su vida han sufrido una o más tipos de violencia. No es exageración.
Laboralmente la falta de igualdades y el acoso sexual por parte de los jefes o compañeros de trabajo es el pan nuestro de cada día. En los medios de comunicación se puede ver esa realidad social, las mujeres no acceden tan fácil a los puestos directivos, sólo echen un vistazo al directorio de los periódicos o portales de noticias. Y no les cuento de los “piropos” de los políticos.
El domingo marcharon decenas de mujeres en Xalapa y en otras 40 ciudades del país. En el caso de la capital veracruzana fue una concentración copiosa, pero no significativa para la magnitud del problema. Algunos hombres acompañaron la protesta, pero lamentablemente la mayoría de los ciudadanos no se solidarizan. Y si lo hacen es desde la comodidad de sus escritorios a través de las redes sociales o cuando la violencia los atañe de manera directa.
Más que videos con “letreritos” o bailes en contra de Julión Álvarez, se requiere una participación más activa en la realidad, no en el ámbito de lo virtual, un acompañamiento de las víctimas de cualquier tipo de violencia y la promoción de los derechos humanos. Solo conociéndolos, podremos ejercerlos y defenderlos.
Tampoco nos llevarán a ningún lado las peleas estériles en Facebook o Twitter por ver quién obtiene más Like: la chica mala que estrelló el coche por estar alcoholizada o la jovencita buena que ganó una medalla en la Olimpiada Europea, mejor conocidas en las redes como #Lady100Pesos y #LadyMatemáticas. Seguramente las dos tendrán cosas positivas y valiosas.
Y qué decir de la parte oficial, los esfuerzos válidos pero aislados que se realizan desde el gobierno, como el programa estatal “Mujer Segura en el Transporte y Espacios Públicos”, resultan insuficientes frente al cúmulo de violaciones y omisiones por parte de las instituciones.
En el Estado de Veracruz ni siquiera se cuenta con refugios o albergues especializados para mujeres víctimas de violencia, mientras que las organizaciones de la sociedad civil a las que normalmente son remitidas no cuentan con un marco jurídico adecuado que regule su funcionamiento.
PD. Las mujeres no necesitamos pelear por una escoba, hemos demostrado desde hace mucho que somos más que eso.
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Max Hastings
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