«En su discurso de aceptación del premio AFI, Sean Connery comentó que su niñez no era promisoria, pero «yo no sabía que me faltaba algo porque no tenía con que compararme, y hay una cierta libertad en ello». El gran problema de gobernar en el mundo de hoy es que, como dice David Konzevik, «los pobres de hoy son ricos en información y millonarios en expectativas». En esas circunstancias, «el arte de gobernar es el arte de manejar las expectativas». El país ha mejorado, pero el manejo de expectativas de nuestros gobiernos en las últimas décadas ha sido atroz». Lo comenta el lúcido analista de «Reforma», Luis Rubio.