NO CABE LA menor duda, los tiempos cambian constantemente.
Y lo raro, es que, en este proceso, al parecer, son los viejos cerebros, los que están despertando, como es el caso de Don Enrique Ramos Rodríguez, quien moldeó la idea de no participar en los desfiles obreros y que a cambio, el Gobierno del Estado, aceptara una reunión con dirigentes y trabajadores de su central obrera para discutir los graves problemas por los que atraviesa la mayor parte de sus afiliados.
Experiencia política, o simplemente cansancio sindical, es lo que demuestra el viejo líder cetemista que desde hace algunos meses vino concibiendo la idea de modificar el marco tradicionalista de los desfiles obreros, para darle un nuevo sentido a la conmemoración del Día del Trabajo.
El Gobierno del Estado, no puso objeciones.
Al contrario, aceptó que en vez de ver pasar por tres horas o más, el paso de trabajadores frente al balcón central de Palacio de Gobierno, se optara por la sugerencia sindical de la CTM de organizar eventos de análisis y reflexión sobre las condiciones en que se encuentra actualmente la clase obrera del país, del Estado y regional.
Fue, en cierta manera, una idea brillante, aunque surge solamente en el seno de la CTM, ya que otras organizaciones políticas y obreras optaron por celebrar, tradicionalmente, esta importante fecha que une, en cierta forma, a la clase trabajadora del mundo.
Pero, políticamente, la idea es generadora de resultados. Es buena, no es ociosa, más bien pretende conseguir mejores beneficios en una reunión, que extender mantas alabando al poder público, y al mismo tiempo, de pasadita, solicitar solución a los problemas que normalmente se tienen dentro del ámbito sindical.
Sí, Don Enrique Ramos Rodríguez, es un líder viejo, cansado, cargado, hasta el tope, de todos los problemas de su central obrera, sin que la mayoría de ellos, se resuelvan, porque prefiere caminar pasear por las calles de Xalapa, ser trasladado en su camioneta Suburban, con chofer al lado, que ocuparse de los intereses laborales, pero eso sí, no es un tonto y a sus años sabe bien que es mejor proponer las soluciones y pedir lo que le corresponda, muy cerquita de quien manda en Veracruz.
Así son las cosas.
Don Enrique Ramos Rodríguez, ha comenzado por romper el protocolo. Cancelar los desfiles obreros para dar paso a encuentros entre la clase trabajadora y el poder público, representado por el propio Gobernador del Estado.
Falta conciliar a los demás. A los que prefieren las calles para manifestarse, aunque nadie los escuche y menos después de dos o tres horas de un constante paso de delegaciones de diversas organizaciones de trabajadores.
Es mejor, apuesta Don Enrique, entenderse derecho, cara a cara con quien puede, en determinado momento, analizar los problemas de inmediato y dictar, en todo caso, los acuerdos que busquen remediar las situaciones de los trabajadores.
Y qué mejor tiempo que el que estamos viviendo.
De por medio, existe un proceso electoral que debe atenderse para los fines políticos del propio partido en el poder.
De conseguir los votos necesarios para la victoria del cinco de junio, si es que este es, en todo caso, el objetivo gubernamental.
Doble propósito, concebido políticamente en el cerebro de Don Enrique.
Falta, solamente, que así sea.
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EXISTEN HOMBRES que no parecen políticos, pero que saben perfectamente bien el oficio.
Bajita la mano, del que hablamos, ha sido Presidente Municipal de su tierra, Diputado local, dos veces Contralor General del Estado, y ha hecho que sus vástagos, accedan a la política local, sin mayores objeciones, muy a pesar de los graves obstáculos que en política, suelen encontrarse en el camino.
No tiene, aún así, cola que le pisen, aunque en diversas ocasiones, se la han buscado.
No ha movido mucho el escenario para encontrar eco en sus pretensiones políticas, pues siendo todavía Contralor General del Estado, uno de sus hijos será diputado local en los días posteriores al cinco de junio.
Y hay quienes dicen, que permanecía olvidado.
Efectivamente, Ricardo García Guzmán, es de aquellos políticos que no parecen serlo, pero sus acciones los descubren como personajes que conocen a fondo y sus alrededores, todos los vericuetos de la política estatal.
García Guzmán, ha logrado lo que, políticamente, ha querido.
Teje fino, como quien dice.
Por algo, también, es superviviente de los grandes temporales que ha tenido la presente administración estatal. Sabe como capotear el tiempo.
Sabe, pues, llegar sin hacer ruido.
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CIENTOS DE OBREROS y campesinos de la región de Orizaba se declararon listos para trabajar al lado de Héctor Yunes Landa, candidato del PRI a gobernador del estado.
A cambio, el candidato tricolor, le ofreció impulsar la tecnificación del campo, atraer inversiones, generar fuentes de empleo y darle una nueva vida a Veracruz.
El candidato de la Coalición para Mejorar Veracruz, estuvo en Río Blanco, en donde se comprometió a trabajar de la mano con los ciudadanos para resolver temas muy concretos, como es el tema de la inseguridad y reiteró que desde el primer día de su gobierno entrará a la entidad, la Gendarmería Nacional y la Armada de México.
Asimismo habrá un Mando Único Regional, en convenio con el estado de Puebla.
De esta manera, Héctor, logra empatía con la gente, sellan el pacto de darle el voto para que gane el próximo 5 de junio, aunque el candidato del PAN-PRD le mienta al pueblo y diga que las encuestas le son favorables…
Cosas de la política, cosas de una campaña política que lleva rumbo, que tiene dirección exacta a la gubernatura del Estado, donde el aspirante priista, ha tomado evidente delantera.
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Y MAÑANA, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.
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