Me gustan mucho los promocionales televisivos, del Consejo Nacional de Población (CONAPO) del Gobierno Federal que últimamente están apareciendo, que exhibe a adolescentes y jóvenes aportando frases donde hacen notar la importancia de estar informado y evitar ser madre o padre, cuando no se está aún en condiciones para desarrollar esa función de manera plena. Revisemos algunas:
• “Lo caliente no quita lo inteligente” y… “hay veces que la hormona puede más que la neurona”
Cuantas veces por dar rienda suelta a los impulsos sexuales (calentura), producto de una parranda o una borrasca de hormonas, adolescentes y jóvenes se embarcan en una odisea: llevarse la sorpresa después de que la joven está embarazada y por supuesto, en virtud de la edad, ni el hombre y ni la mujer tiene capacidad económica y mucho menos madurez para recibir al mundo a una criatura. Y entonces vienen los miedos, los reclamos y en el mayor de los casos la evitación de la responsabilidad por alguna o de ambas partes. En ocasiones las familias de los jóvenes apoyan y se logra consolidar el embarazo, pero en otras, de común acuerdo la pareja decide abortar para evitar el “problema”, realizándolo a escondidas y en condiciones indeseables poniendo en riesgo la vida de la mujer.
Por eso la frase me parece excelente, pues permite recordar a los jóvenes, que si son inteligentes pueden evitar lo inconveniente.
• “No se trata de prohibir, se trata de prevenir”
Esta frase se relaciona con la anterior porque si hay algo que puede evitar embarazos no deseados, es justamente la prevención, que incluye: A) educación sexual desde temprana edad—tanto para padres como para hijos–, B) confianza al interior de los hogares para que los padres aborden estos temas con sus hijos sin escándalos, ni prejuicios. C) orientación para poder construir un proyecto de vida, para que los jóvenes sepan informarse sobre cómo organizar su existencia y tomar decisiones correctas en tiempo y forma.
• “Si vas a ir a la fiesta, lleva globos”
Habiendo hoy tantas formas para prevenir embarazos, es inconcebible que las y los jóvenes no lo consideren. Y eso es falta de orientación desde el hogar, la escuela y la comunidad. Pero también es falta de responsabilidad personal y de los padres, porque los jóvenes ya enfiestados, alcoholizados o drogados, no están conscientes de sus actos y no saben ni con quien se acuestan, de ahí que las violaciones a menores de edad, los embarazos no previstos y los riesgos a la salud y vida se eleven en probabilidades, porque no utilizan protección en sus relaciones.
• “Si quieres seguir con tus planes actúa seguro” y “si lo haces por amor, hazlo también por amor propio”.
Construir un proyecto de vida, implica que cada joven tenga elementos para saber planear su futuro. Y ello incluye diferentes fases: a) saber lo que favorezca su identidad; b) la definición de su vocación; c) la identificación de sus expectativas y d) y el saber canalizar los afectos a través de valorarse a sí mismo.
A) Su identidad, implica el hecho de reconocerse en su propia sexualidad adoptando sus definiciones –lo que genera la necesidad de orientación familiar y profesional-, así como también cómo se puede ir adquiriendo seguridad personal al saber reconocerse a sí mismo.
B) Su vocación, implica identificar sus intereses y gustos afectivos, sociales, profesionales, etc.
C) Las expectativas, significan establecer prioridades económicas, afectivas y profesionales, y alcanzar metas acordes a los gustos, valores e intereses.
D) La canalización de afectos, es el saber a quién entregar los sentimientos, poder estar conscientes de elegir a quién se le pueden expresar las emociones y si éstas pueden ser correspondidas con la misma intensidad, seriedad y compromiso; igualmente, saber que el afecto o la pasión tiene límites y que, el amor sólo es amor, cuando va de por medio el respeto y la responsabilidad de ambas partes.

Si los jóvenes saben lo que les conviene en la vida, y planean sus actos, sabrán elegir a la persona con la que podrán disfrutar su sexualidad, con responsabilidad y respeto a sí mismo.
• “Ser madre es lo más bonito que le puede pasar a una mujer…y no a una niña”
Y es cierto, llegar a ser madre cuando se tiene madurez, capacidad, solvencia y sobre todo amor por parte de una pareja que espera con mucha ilusión la llegada de un hijo, es el regalo más hermoso que Dios puede enviar a un ser humano. La concepción es un acto de amor de dos seres y para ello se necesita poseer algo más que deseos de “acostarse con alguien”.
• “La responsabilidad es de todos”
Y es cierto, el problema de los embarazos a temprana edad, o de mujeres adultas que se llenan de hijos que no pueden sostener, es problema y responsabilidad de todos. En nuestro país, nacen al año 400 mil bebes de madres menores de edad, lo que representa el 20% del total de los nacimientos. Ello obliga a ver el problema con seriedad, porque eso se ve reflejado en la feminización de la pobreza no solo en términos del ingreso, sino también en la salud y la educación, pues generalmente las mujeres dejan los estudios y se les dificulta obtener un trabajo, lo que imposibilita el desarrollo económico de la nueva familia. Luego entonces el ser madre es una bendición pero no a los 13 o 14 años o cuando no se tienen los recursos para dar un paso tan serio en la vida, porque entonces la maternidad en lugar de verse como un privilegio se convierte en un gran peso o carga.
Por lo tanto, ello obliga a revisar lo que se está fallando en materia de salud reproductiva, de orientación de padres a hijos, de sistemas escolares, de oportunidades de trabajo, etc.; es pensar en la orientación tanto para mujeres como para hombres en la misma sintonía, porque el compromiso de la paternidad es de ambos sexos; es adquirir valores personales que hagan que se privilegie la vida, se distinga lo que es el amor a diferencia del deseo y se tomen las medidas necesarias y a tiempo para que los jóvenes puedan construir su futuro, sí con libertad , pero también con respeto a su vida y no destruyéndola o complicándola por una mala decisión.
En este 10 de mayo, una abrazo muy fuerte a todas las madres—de todas las edades– de mi país y del mundo, a los padres que la hacen de madres y a todas aquellas personas que cumplen con esa función dignamente. Dios los bendiga y les corone de felicidad hoy y siempre.
Gracias y hasta la próxima.