La semana pasada fue aprobada la reforma que modifica el primer párrafo del Artículo 6 de la Constitución Política del Estado para establecer la integración de las personas que viven con alguna discapacidad y que merecen especial atención. Una noticia excelente, porque queda en nuestra Carta Magna la paridad ciudadana en sus derechos.
Veracruz cuenta con una Ley para la Integración de las Personas con Discapacidad que preserva aspectos esenciales y fundamentales para garantizar la no discriminación de este sector vulnerable, pero este tipo de garantías deben estar en la Constitución Política del Estado al ser la norma suprema de la entidad.
Si bien hay que aplaudir esta medida, también es cierto que refleja nuestra nuestras carencias como sociedad. Nuestra falta de respeto e incultura que tenemos con relación a grupos minoritarios. Olvidamos que las minorías suman la mayoría y creemos que somos lo que somos porque así debe ser.
En ocasiones anteriores comenté la falta de respeto que tenemos en ‘La Atenas Veracruzana’ con las personas que padecen alguna discapacidad motora, con las que nos movemos con bastón o simplemente con quienes han alcanzado la tercera edad.
Caminar con estas condiciones por las calles de Xalapa es una aventura que puede llegar a ser fatal. Vehículos sobre las banquetas, talleres en la vía pública, carnicerías con la paila sobre el paso peatonal, taquerías, tiendas de abarrotes, verdulerías y todo negocio cuyo propietario considera que la banqueta ‘es suya’.
No sólo hablo de las colonias populares. Hay fraccionamientos cuyas banquetas están destrozadas. Del Centro Histórico, mejor ni comentar. Su estado es lamentable y de mucho riesgo para las personas con las características antes mencionadas.
Proteger la dignidad de las personas es tarea del Estado pero es una responsabilidad de quienes integramos una sociedad. ¿Acaso no merecemos respeto con o sin discapacidad?
Ojalá ahora que el pleno del Congreso avaló esta reforma y que, por procedimiento, será remitida a los 212 ayuntamientos para su ratificación, estos cuerpos colegiados de gobierno pongan un poco de atención hacia su conciudadanía. No se pide mucho, sólo respeto, aplicación de sus reglamentos municipales y mantenimiento de los espacios públicos.
Lo anterior se inserta en lo difundido mediante comunicado de la LXIII Legislatura: “Las acciones que realice el Estado deben ser con el fin de evitar la discriminación hacia las personas con discapacidad y promover las condiciones necesarias para su goce de libertad, seguridad e igualdad.”
Es decir, poder gozar de nuestra libertad de libre transito por nuestras calles y plazas públicas sin tener que brincar obstáculos, escuchar voces ofensivas por pedir retiren sus autos de las banquetas y mucho menos, tener que pedir permiso para ejercer nuestro derecho.
Seguridad para no poner en riesgo nuestra integridad física, movernos sin sortear cables, extensiones de gas, rejas y huacales de frutas y verduras, bocinas que anuncian de todo y de nada. Seguridad total en nuestro caminar.
La igualdad en derechos y obligaciones. No queremos tratos privilegiados sino ser tratados con la misma dignidad con la que la mayoría se trata. Las y los discapacitados y quienes somos parte de la tercera edad también pagamos impuestos (por lo menos al consumo), cumplimos y lo justo es que nos cumplan. Todo sin agregar los problemas para pasar por las esquinas llenas con bolsas de basura.
Yo pienso en Usted. Sólo le pido, piense un poco en quienes no estamos a plenitud de nuestras capacidades.
Por hoy es todo, les deseo un excelente inicio de semana y nos leemos en la próxima entrega.