Misantla, Ver. 15 de agosto de 2416.-El arzobispo primado de Misantla, Monseñor Arturo Prom y Lavalle, inició anoche los festejos de la Virgen de la Asunción al encabezar el rosario viviente que se efectuó en la gran explanada a un lado de la Iglesia, el famoso Parque Doctor Camilo, que es pulmón y centro de reuniones de esta señorial ciudad.
Pero la parte fuerte del festejo fue la canonización de quien en adelante será conocido como San Efrén Meza, cuya advocación será: Arquitecto de las causas nobles y desesperadas.
La vida y acciones de este santo varón, que distribuyó sus bienes espirituales por toda la región serrano-costeña del centro de Veracruz hace cuatro siglos, fueron rescatadas por el cronista de la ciudad, el señor Ricardo Rodríguez y Celis, que no obstante su falta de formación académica, es un acucioso investigador de las historias y leyendas locales, ygracias a su celo ahora forman el acervo cultural delos misantecos.
Todo empezó con una inquietud de don Ricardo al ver que la campana mayor de la Iglesia de la Asunción, que fue fundida el 16 de mayo de 2016, ostentaba el nombre de Efrén Meza, junto al de un tal padre Chema, un personaje seguramente importante pero por desgracia perdido en el decurso de la historia, ya que los daros sobre su persona fueron imposibles de hallar, no obstante que nuestro cronista revisó concienzudamente todos los folios impresos que se conservan de nuestro medio de comunicación más importante, El Chiltepín, que acaba de cumplir 450 años de servir a la comunidad misanteca y que dirige doña Eleuteria Sesma y Rodríguez.
Con un gran esfuerzo y a base de una gran paciencia, don Richi -como lo llaman sus paisanos con afecto- fue bordando la historia de este prohombre, que nunca quiso ostentar un puesto político -no obstante que el pueblo se lo demandó en muchas ocasiones- porque en aquel entonces campeaba la corrupción en las oficinas públicas y él no quiso ni siquiera caer en el peligro de la tentación.
Nuestro primer santo misanteco, que recibirá veneración a partir de hoy en un ala oriente de nuestra iglesia señera, hizo una gran cantidad de obras pías durante su estancia terrenal, según pudo colegir el señor cronista a partir de algunos fragmentos de periódicos que circularon en la época y que se conservan en el archivo que resguarda con celo don Mina Rodríguez Romero (que al parecer es la única misanteca que no lleva una “y” entre sus apellidos).
Durante la ceremonia de canonización, el señor arzobispo Prom anunció que se fundirá nuevamente la campana, para hacerla más grandes, y que recupere el brillo y el realce que merece. El prelado comentó a este reportero que se decidió poner en letras mucho más grandes el nombre de nuestro reciente santo, para que quede constancia de su gloria a través de los siglos. Así, las discretas letras que ahora tiene se convertirán en grandes signos que rodearán toda la circunferencia de la campana.
Los misantecos alborozados empezaron a adorar a su nuevo santo, toda vez que el Vaticano concedió el permiso para que una estatua suya presida el altar lateral de la Iglesia de la Asunción. En la obra de arte hecha por nuestro gran escultor Ernesto Plástico, se puede ver la figura de un hombre de cerca de 1.80 metros, de ojos azules y pelo rubio, de acuerdo con la descripción que logró sonsacar nuestro cronista de los viejos documentos.
Misantla, pues, ya tiene por fin un santo, después de más de 850 años de que fuera fundada.
Escribió el reportero Jefté Rocha.
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