Hay para quien todo lo relacionado con el consorcio televisivo los tiene sin el menor cuidado y cuanto ocurra entorno a la más importante televisora del mundo de habla hispana hablante ni los ocupa ni les preocupa, no les quita el sueño y son refractarios a cuanto suceda entorno a la empresa que dirige Emilio Azcárraga Jean. Otros siguen en la frecuencia de que Televisa ha sido la responsable históricamente hablando, y cito, del “embrutecimiento” de vastos sectores de la población, de su subdesarrollo social, político, cultural y educativo.
Culpan a sus contenidos, sus programas de entretenimiento (uno de los primeros del que se decía fomentaba la mediocridad y la pobreza intelectual era aquel muy seguido programa que conducía Luis Manuel Pelayo: “Sube Pelayo sube”, en donde la estrella era el concurso del palo encebado); las ¡telenovelas!, cuya fama como promotoras de lo peor venía desde la radio, con las radionovelas y que más tarde se ‘complementó’ con las fotonovelas y toda la serie de pasquines que (Tele Guía, TV y novelas, etc.), efectivamente, proveen de una información barata a los lectores, en exceso sensacionalista, basada en el chisme y en los sucesos que rodean la vida, muchas veces escandalosa, de las estrellitas televisivas, hasta el ya extinto y muy exitoso ‘Siempre en domingo’ de Raúl Velazco.
Carlos Monsiváis alguna vez calificó a Televisa como la ‘verdadera secretaría de educación pública de este país’, y bueno, muchos no olvidan aquella filiación política del Emilio Azcárraga Milmo, cuando se autodefinió –y también marcó a Televisa- como ‘un soldado del Presidente de México’, es decir, el dueño del consorcio lo que en realidad estaba haciendo era sellar la incondicionalidad de su empresa para con el régimen, avalando de paso todo acto de autoridad que viniera del gobierno sin importar si este era bueno o malo.
Y no voy a controvertir con nadie, ni tampoco es mi intención defender en este espacio a la televisora. Ya en otras ocasiones he defendido al ‘Tigre’ desde la perspectiva de su éxito como empresario, que creo que nadie le puede escatimar. De Televisa pues sí, definitivamente tiene muchas cosas por las que hay que criticarla, pero, al final, haciendo un balance entre lo bueno y lo malo, me parece que son más las cosas positivas que hay que rescatar de Televisa que las negativas y, por lo que al que esto corresponde, me quedo con lo más positivo incluida la oportunidad que tuve en mis años estudiantiles en la universidad para estudiar a Televisa desde una perspectiva científico-académica. Por otra parte, el pueblo- parafraseando al mesías, el pueblo no es tonto y no se deja engañar.
Por esa misma razón quiero referirme a los cambios anunciados en el área de noticieros de Televisa, mismos que primero habían sido como una especulación pero que ya el alto mando de la televisora confirmó oficialmente desde la semana pasada. Tal vez lo que más llama la atención, al menos a mí, es la salida de Joaquín López Dóriga del noticiero estelar nocturno de lo que ellos llaman la ‘barra de noticias’. Sale de ese espacio después de permanecer al frente del mismo por espacio de 16 años, lo releva una periodista muy consistente, de una presencia seria y profesional como es Denise Maerker, preparada, en donde destaco sobre todo su formación académica.
En cuanto a si va a cambiar la línea editorial de la televisora con Denise al frente del noticiero nocturno, no lo sé a ciencia cierta, lo que sí es que Denise seguramente le dará otro sello, probablemente habrá más espacio a la denuncia y al reportaje de fondo. De Joaquín se dice que tendrá dos espacios semanales con programas de análisis y debate, algo así como una reedición de ‘Tercer grado’, el que moderaba Leopoldo Gómez. De los demás cambios, bueno pues vamos a extrañar las irreverencias del payazo tenebroso Brozo, sus mesas de debate de los viernes, ‘Debatitlán’, con Rafael Cardona y sus entres con Juan José Rodríguez Prats, el priismo antes de Enrique Jackson Ramírez y hoy de Beatríz Pagés Rebollar y, por supuesto, el ‘morenismo’ de Nacho Marván, que es un muy buen académico pero al que le gana su ostentoso lópezobradorismo”.
De ahí en fuera, pues ya era tiempo de que se fuera a descansar un rato la carita amable y siempre candorosa de Lolita Ayala, no creo que la vayamos a extrañar a ella y a su cursi rosa que ponía al frente de las cámaras, creo que va a ser más contrastante la presencia ahora de Paola Rojas. En cuanto a Adela Micha, parece que se refuerzan sus programas de entrevistas, tampoco hay que esperar más de sus chabacanerías y ligereza –en el buen sentido de la palabra-, lo mismo se puede decir de Carlos Loret de Mola, quien a veces se pasa de chabacano, a mí nunca me convenció el formato de su espacio matutino.
Lo que sí creo es que atrás de todos estos cambios faciales de Televisa, lo que en realidad hay atrás de ellos –y es lo que verdaderamente les interesa- es que van a incorporar al sistema de noticieros a esa nueva tendencia mundial, aplicación dirían los conocedores, que se llama streaming, es decir, no pueden estar al margen de las nuevas tecnologías de la información, en donde el internet es básico ya que está cambiando la manera de manejar los ordenadores y de interactuar con ellos. En pocas palabras y para me entiendan, a través de streaming se podrán ver los espacios informativos desde cualquier lugar y a través de un Smartphone, por ejemplo, con transmisiones en periscope.
Ahora sí que, para decirlo llanamente, vas a poder llevar a Televisa en el bolsillo.