«En mi familia le damos mucha importancia a la unidad familiar. Creemos que la casa de la mamá grande es el abrevadero donde todos, independientemente de los grados académicos o de los trabajos que desempeñamos, llegamos a escuchar a la mamá como si fuera una asesora de staff o como una sabia chamana indígena. Creemos que el hogar es un oasis donde llegamos a curar las heridas, a buscar la tranquilidad que es necesaria para curar el espíritu. Y es que sólo la familia, como una gran roca, nos ofrece la sombra en este desierto de asfalto. En cruciales momentos, no hay mejor bálsamo que el que ofrecen los hermanos y nuestros propios padres». Es parte de lo que escribe en el Facebook el maestro Luis Ortiz Ramírez.