El esfuerzo del Gobierno Federal de abrir sus relaciones hacia el mercado asiático, es una medida, que si se aprovecha bien, puede redituar al país grandes avances a muy corto plazo. Por eso hoy el Presidente mexicano Enrique Peña Nieto, ha establecido un acercamiento con Singapur al haber tenido en fecha pasada la visita de Estado de su Presidente Tony Tan Keng Yam, que ha dejado como resultado una serie de acuerdos de colaboración en materia: educativa, económica y turística principalmente, que seguramente rendirán buenos frutos muy pronto.
Existen dos modelos asiáticos muy interesantes para estudiar y son: Japón y Singapur. Éstos normalmente los analizaba en mis clases en la Facultad de Psicología como ejemplos de países que se levantaron apostándole a la organización, la confianza, la identidad nacionalista y a su capital humano. Por eso para mí son modelos emblemáticos que, pese a poseer territorios pequeños con pocos recursos naturales y haber sufrido altibajos sociales y políticos por las guerras en su historia, han sabido superar la adversidad y con mucho esfuerzo han salido adelante con éxito. Pero revisemos hoy el caso de Singapur,.
La historia de este país, es quizás similar a la de muchos países visionarios que hicieron uso de su libertad, dentro de los marcos institucionales, para provocar cambios e intercambios sociales y económicos como la mejor garantía de acceder a hacer negocios en lo interno y externo. Sus orígenes se remontan a principios del siglo XIX, cuando es Colonia Británica. Eran tiempos en donde el manejar el libre comercio y la reducción de impuestos era atractivo para muchos países de Europa, Asia y Medio Oriente. De esa manera sostuvo su avance en ese siglo, creciendo su población y aumentando su actividad comercial a través de su principal puerto, situación que se mejoró al abrirse el canal de Suez que conectaría a Europa y Asia.
Pero vendrían tiempos difíciles. La isla fue afectada en la Segunda Guerra Mundial,–por el descuido de Inglaterra de no proteger sus Colonias–, y es invadida por Japón siendo destruido su puerto, perdiendo parte de su población y terminando esta etapa con su economía devastada y con problemas con el Imperio Británico. Y es cuando busca su autonomía sumándose en 1963 a la Federación de Malasia, permaneciendo en ella sólo dos años, derivado de problemas y tensiones étnicas, y entonces busca su independencia que finalmente logra en 1965. Sin embargo, el panorama era negro para este país. La pobreza, el desempleo, la inestabilidad económica, la inseguridad, las bajas inversiones en capital y la infraestructura básica devastada por la guerra, fueron agravantes que había que superar.
Pero el mejoramiento empieza a fraguarse a partir del nombramiento como Primer Ministro de Lee Kuan Yew en 1959, postulado por el partido local de tradición socialista, Acción Popular (PAP), que llevó a implementar reformas estructurales; educativas y económicas, marcando las bases del desarrollo de la ciudad-estado. Y entonces decidieron crecer hacia fuera y se prepararon creando instituciones fuertes en el gobierno que generaron un ambiente adecuado para fomentar la inversión privada nacional y extranjera con miras a hacer crecer las exportaciones e importaciones. Otro punto fue levantar la nación en su infraestructura y su política de bienestar social, invirtiendo en el mejoramiento de las ciudades, de las carreteras, centrales eléctricas y puertos. Por lo que después de la mitad de la década de los 60, es que se inicia el proceso de crecimiento en este país. Y son muchos los factores a los que se le atribuye.
Algunos autores, consideran que la estrategia clave fue, además de la entrada de la inversión extranjera, el establecimiento de normas firmes y claras que inspiraron confianza a los de fuera, el fortalecimiento de las empresas privadas, las inversiones en empresas estratégicas controladas por el gobierno y lo más importante haberle apostado a la educación y capacitación de su recurso humano. Y le apostaron bien, porque es un hecho que país que no prepara a su gente, que no la educa con visión productiva, de futuro y con valores, país que no genera confianza a los inversionistas y que se estanca.
Por eso, las reformas educativas que implementaron dieron a los singapurenses certeza en la calidad del servicio que se ofrecía. Hicieron obligatoria la selección de maestros y directores de los centros escolares, a los que entrenaron para que se desarrollaran profesionalmente y de esta manera pudieran dar lo mejor a las nuevas generaciones y gracias a esa preparación, logró superar en una década la dependencia tecnológica y financiera que tenia de otros países, que por razones de especulación invertían y se retiraban.
Otro aspecto en el que se preocupó Singapur, fue el fomentar un proceso de generación de empleos a la alza. Para ello formuló nuevas legislaciones en donde había mayores exigencias en la productividad de la clase trabajadora y el cumplimiento de obligaciones, reformas que permitieron la flexibilidad que necesitaba el mercado laboral, para satisfacer la mano de obra de las empresas privadas que se constituyeron en su territorio. Lo anterior elevó la demanda de trabajadores fruto del aumento de inversiones y permitió el mejoramiento de los salarios.
Para el inicio de las décadas de los 70 y 80, la tasa de ocupación y su PIB real per cápita, se había duplicado. El incremento de oportunidades de trabajo provocó que en algunos sectores productivos se produjera escases de mano de obra, y para resolver ello, el gobierno modificó las leyes de migración flexibilizando la entrada de extranjeros. Para mediados de los 80, el 12% de los trabajadores de Singapur, eran extranjeros. Al concluir esa década era ya un país altamente productivo y competitivo y tenía una de las tasas más bajas en desempleo a nivel mundial y desde luego todo ello se reflejó en el nivel de vida de sus ciudadanos. Es decir, en menos de 20 años, este país ya era un país con una economía consolidada.
En 1990, emerge como primer ministro Goh Chok Tong, conservándose en este puesto hasta 2004 y en su periodo el país continuó con el mismo proyecto económico en línea ascendente, llegando a tener en esos años un crecimiento anual del PIB de 8%, más del doble del 3.3 promedio de la tasa de crecimiento de la OCDE y más de tres veces que la de EEUU.
Otro aspecto que corrigió Singapur, fue su sistema judicial y de seguridad pública. En 2004, llegó al poder como Primer Ministro Lee Hsien Loong, hijo mayor del líder moral de ese país, Lee Kuan Yew y se produjeron nuevos cambios en esos rubros. Antes de esa fecha el país era catalogado como uno de los más violentos y con un índice muy alto en criminalidad, impunidad, tráfico de influencias, etc., y la forma en que abatió este problema fue el endurecimiento de las leyes contra los delincuentes, leyes que para nosotros podrían ser consideradas represivas y altamente radicales.
Se adoptó la pena de muerte, cadena perpetua y el trabajo forzado para los criminales confesos, narcotraficantes y violadores probados, pena obligada para los que fueran reincidentes. Además el gobierno decretó el castigo letal para toda figura pública corrupta–si le era comprobado el delito-, misma que también se aplicaría a delitos de posesión de drogas. Igualmente se abocó a hacer una depuración de su sistema judicial lo que les ha permitido caminar en la confianza y con pasos firmes, manteniendo su desarrollo en forma permanente.
Por supuesto que existen también críticas a este país. Por una parte la permanencia por más de 50 años del Partido Acción Popular, lo que lo hace ver como un país antidemocrático y autoritario, y en su política económica que tiene ciertos contrastes, pues a pesar de tener un record en superávit fiscales el país tiene un incremento sostenido en la deuda pública, que actualmente coloca al gobierno como uno de los más endeudados del mundo. Aunque nadie duda de la solvencia económica de este país, para responder en una situación de crisis. Así mismo algunos indicios de corrupción en el gobierno actual que están siendo investigados.
Pero, independientemente de los bemoles políticos y algunas dudas respecto a ciertas áreas económicas, hay lecciones que se deben aprender. Singapur, como dicen algunas especialistas no es un milagro económico, es una Nación que se preparó con un cambio de actitud, movido por la necesidad de levantarse y no permanecer devastado; que tocó fondo, que reformó sus normas, en suma que hizo lo imposible para cambiar su destino. Y mucho tuvo que ver en ello el esfuerzo y visión de hombres buenos, que con su liderazgo planearon un proyecto de nación diferente, lograron la cooperación voluntaria de sus ciudadanos –trabajando en la confianza– que sabían que no sería rápido, pero no se detuvieron y lo lograron antes de lo imaginable creando condiciones apropiadas para el desarrollo, sin demagogia ni populismo, contrario al tipo de medidas que se aplican en la mayoría de los países de América Latina, entre ellos el nuestro.
Y eso es lo que debemos aprender de estas naciones. Mismas que –como decía antes—pese a las etapas negras sufridas, lograron superar la pobreza, el desempleo, la inestabilidad económica, la inseguridad, etc., a través del trabajo, la preparación, la confianza, la identidad y la unidad como país.
Y qué bueno que México hoy tenga sentadas las bases. Esos países por ahí empezaron. Hay quienes critican las reformas nacionales,–se quedaron en ese discurso–, pero no se puede negar que el país necesitaba orden y mejores leyes. Que el país necesita inversiones internas y externas para crear empleos bien remunerados, que necesitamos ser competitivos de ahí seguir invirtiendo más en educación y capacitación, que estamos ávidos de mejores actitudes y de valores en el actuar cotidiano y que con seguridad si seguimos en ese rumbo, eso nos llevará pronto a ser un país de grandes potencialidades y crecimiento sostenido. Por eso bienvenidas las relaciones diplomáticas con otros países, bienvenidas las motivaciones de los inversionistas extranjeros y de los connacionales que le apuestan a México, que ven a este hermoso país un espacio de grandes oportunidades para sus negocios y sus familias. Gracias y hasta la próxima.
Bibliografía:
Banco Santander, (2015), Singapur: política y economía, https://es.portal.santandertrade.com/analizar-mercados/singapur/politica-y-economia
Barajas Eduardo, (2015), El modelo de Singapur, http://www.elespectador.com/opinion/el-modelo-de-singapur
Collado, Miguel y Rojas Juan, (2015) Singapur, descripción de su éxito económico con algunas advertencias, http://crees.org.do/es/ensayo/singapur-descripci%C3%B3n-de-su-%C3%A9xito-econ%C3%B3mico-con-algunas-advertencias
González, Jon, (2012) “Crecimiento económico de Singapur”, desde su independencia (parte 1) http://trendingeconomy.blogspot.mx/2012/11/crecimiento-economico-de-singapur-desde.html