El Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) criticó nuevamente al secretario de Educación Pública (SEP), Aurelio Nuño Mayer, a quien calificó como un «capataz triste y gris» con aspiraciones de policía debido a las acciones que ha ordenado en contra del magisterio que se opone a la reforma educativa aprobada hacer tres años.
A través de un comunicado difundido hoy en su página web y en un texto titulado «Apunte sobre la guerra contra el magisterio en resistencia: (La Hora del Policía 3)» que se puede consultar íntegro en este enlace http://enlacezapatista.ezln.org.mx/2016/06/17/17193/ los zapatistas celebran que al menos en Chiapas «los de arriba están perdiendo la guerra mediática», pues se han visto familias enteras apoyando al magisterio.
«Hemos visto a familias enteras, en el medio rural y el urbano, apoyar al magisterio. Y no nos referimos a apoyos del tipo este puño sí se ve, el pueblo unido, jamás será vencido», y las consignas que, a pesar de las distancias en calendarios y geografías, siguen siendo las mismas, porque abajo sigue siendo de elemental principio la solidaridad. Si en movilizaciones anteriores del magisterio rebelde, la «ciudadanía» (ese término que oculta la desigualdad) se mostraba hastiada y molesta, ahora las cosas han cambiado.
«Cada vez más son las familias que socorren a l@s maestr@s, los apoyan para sus viajes y marchas, se angustian cuando son agredid@s, les ofrecen alimentos, bebidas y refugio. Son familias que, según la taxonomía de la izquierda electoral, estarían «embrutecidas» por la televisión, «son come tortas», «están alienadas», «son acarreadas», «no tienen conciencia». Pero al parecer, la descomunal campaña mediática en contra del magisterio que resiste, ha fracasado», indicaron.
Los zapatistas señalan que el movimiento de resistencia contra la reforma educativa se ha convertido en un espejo para cada vez más gente-gente (es decir, no la de organizaciones sociales y políticas, sino gente común).
«Como si se hubiera despertado un sentimiento colectivo de urgencia ante la tragedia que viene. Como si cada golpe de tolete, cada bomba de gas, cada bala de goma, cada orden de aprehensión, fueran consignas elocuentes: «hoy la ataco a ella, a él; mañana iré por ti». Tal vez por eso, detrás de cada maestro hay familias enteras que simpatizan con su causa y con su lucha», señalan.
Y cuestionan «¿Por qué? ¿Por qué un movimiento que ha sido ferozmente atacado por todos los frentes sigue creciendo? ¿Por qué, si son «vándalos», «holgazanes», «terroristas», «corruptos», «opositores-al-progreso», mucha gente de abajo, no poca de en medio, y hasta alguna de arriba, saluda, así sea a veces en silencio, al magisterio que defiende lo que cualquier persona defendería?».
Refieren que a más de tres años de que se promulgara la reforma educativa, «el señor Nuño todavía no puede presentar algún argumento educativo, así sea mínimo, a favor de su «programa de ajuste de personal». Sus argumentos han sido, hasta ahora, los mismos de cualquier capataz de la época porfirista: gritos histéricos, golpes, amenazas, despidos, encarcelamientos. Los mismos que emplearía cualquier triste y gris aspirante a policía posmoderno.
«Ya los golpearon, ya los gasearon, ya los encarcelaron, ya los amenazaron, ya los despidieron injustamente, ya los calumniaron, ya decretaron de facto el estado de sitio en la Ciudad de México. ¿Qué sigue? ¿Qué los desaparezcan? ¿Qué los asesinen? ¿En serio? ¿La reforma «educativa» nacerá sobre la sangre y cadáveres de maestras y maestros? ¿Van suplir los plantones magisteriales con plantones policíacos y militares? ¿Los bloqueos de protesta por bloqueos con tanques y bayonetas?», cuestionan los alzados en 1994.
Acusó al funcionario de «la toma de rehenes (que eso y no otra cosa es la detención de miembros de la dirección de la CNTE), en cualquier terrorismo (el del Estado y el de sus espejos fundamentalistas) es un recurso para forzar un diálogo y una negociación. No sabemos si allá arriba se han dado cuenta o no, pero resulta que la otra parte (el magisterio) es quien busca el diálogo y la negociación. ¿O la SEP ya se afilió a ISIS y toma rehenes sólo para sembrar el terror?».
Y concluyen: «En fin, es claro que nosotras, nosotros, zapatistas, no sabemos mucho de medios de comunicación, pero en nuestra humilde opinión, es mal negocio poner, al frente de la campaña mediática de una privatización descarada, a un capataz triste y gris que quiere ser policía. Iniciar a la niñez en los primeros pasos a la ciencia y el arte, eso es lo que hacen los maestros, maestras y maestros».