Siete hombres fueron imputados hoy por su presunta participación en la violación grupal de una adolescente de 16 años en una favela de Río de Janeiro, informaron medios brasileños.
La titular de la Comisaría de Niños y Adolescentes Víctimas, Cristiana Bento, quien encabeza las investigaciones, no descartó que haya más personas involucradas en el episodio, que fue divulgado en redes sociales y generó estupor e indignación en Brasil.
“La policía se basa en pruebas materiales y solo las encontramos hasta el momento contra los que fueron imputados. Espero que la Justicia establezca penas ejemplares”, dijo Bento.
Agregó que este crimen “entrará a la historia y ayudará a terminar con la cultura de la violación, principalmente en comunidades (favelas) donde los delincuentes no tienen noción de que eso configura un delito”, añadió.
De los siete imputados, cinco están bajo sospecha de haber violado a la joven y los otros dos de haber filmado las imágenes en las que aparece inconsciente, desnuda y siendo manoseada, y haberlas divulgado en redes sociales.
En Brasil, la ley vigente estipula como delito de violación no solamente los casos en que hay penetración, sino también cuando hay “actos libidinosos” contra una persona en contra de su voluntad o cuando es menor de edad.
Entre los imputados hay un menor de 17 años y tres acusados además de narcotráfico. Uno de éstos es el jefe del mercado ilegal de drogas en que la joven fue atacada, la favela Morro da Barao. El barrio integra el Complejo de Favelas Sao José Operário, en la región oeste de Río de Janeiro, y es controlado por el grupo del crimen organizado Comando Vermelho.
El delito salió a la luz el 25 de mayo, cuando las imágenes de la chica fueron compartidas miles de veces hasta su prohibición.
Según las últimas informaciones, tras ir a un baile “funk”, típico de las favelas cariocas, la joven fue a una casa de Morro da Barao con un chico con el que tuvo relaciones y otra pareja.
Al día siguiente quedó sola en la casa y, estando inconsciente, fue llevada a otro inmueble, donde fue abusada por al menos dos grupos diferentes de hombres y en momentos distintos.
Debido a que recibió amenazas de muerte por parte de narcotraficantes, la joven y su familia ingresaron al programa de protección a víctimas amenazadas de muerte y fueron retiradas de Río de Janeiro a un paradero desconocido.
A raíz del caso fueron revelados datos preocupantes sobre lo que se dio en llamar la “cultura de la violación” en Brasil. Una mujer es violada cada 11 minutos en el país, según datos del Foro Brasileño de Seguridad Pública, mientras que en el estado de Río hubo en promedio 13 violaciones diarias entre enero y abril de 2016, según el Instituto de Seguridad Pública regional.