México tiene 13 años con leyes de transparencia y Veracruz desde hace una década. Los avances son notorios y sería injusto no reconocerlos, aunque han sido lentos debido principalmente a dos fenómenos: la escasa participación de la ciudadanía en general y la resistencia de las autoridades a brindar información pública.
Estoy convencida de que sin las leyes de Acceso a la Información que tenemos en México desde el 2002 -que obligan a las autoridades a transparentar el uso de los recursos y actividades públicos-, seguramente tendríamos una mayor opacidad en las instituciones y dependencias de los tres niveles de gobierno.
En el estado de Veracruz, la transparencia inició desde el 2006 con la Ley 848 y -el pasado 26 de mayo- la Sexagésima Tercera Legislatura aprobó la Ley General de Transparencia y Acceso a la Información Pública con algunas observaciones, aunque todavía no se ha publicado en la Gaceta Oficial del Estado.
El camino de la transparencia no ha sido llano, quienes queremos acceder a este derecho hemos encontrado piedras y obstáculos, pero sobre todo arcaicas formas de manejar la información del quehacer gubernamental, como si se tratara de una posesión personal.
Para los ciudadanos, el acceso a la información es un derecho que pueden y deben ejercer, sin embargo en el país sólo el 6 por ciento de la población ha realizado solicitudes de información y en Veracruz se tiene un registro anual de entre 6 mil a 9 mil peticiones.
Es necesario impulsar e incrementar la promoción del acceso a la información pública como un derecho y una obligación, para que más ciudadanos lo ejerzan de manera responsable y sin oportunismo.
Una buena iniciativa que se puede considerar viable es la que aplica el Instituto de Transparencia Informativa de Sonora, que trabaja en la formación de niños y niñas de educación básica: preescolar, primaria y secundaria, para generar futuras generaciones de jóvenes y adultos conscientes del derecho que tienen para acceder a la información pública…Las cosas positivas que funcionan en el país se deben replicar y aplicar.
El acceso a la información también representa una herramienta muy útil de trabajo en la labor de documentación e investigación para periodistas y académicos, quienes se ven en la necesidad de recurrir a la transparencia y al recurso de revisión cuando algunas dependencias, instituciones o ayuntamientos cierran la llave de la información.
Desde mi posición he buscado contribuir a la rendición de cuentas, a la mejora de los servicios públicos y a la construcción de una sociedad democrática, con imparcialidad y veracidad. He sido una de las primeras usuarias de la plataforma digital para realizar solicitudes de información a los sujetos obligados y conozco prácticamente todos los vicios en los que incurren algunas dependencias y organismos para no cumplir con esta obligación.