El ministro iraquí de Interior, Mohamed al Gabán, presentó su dimisión al primer ministro Haidar al Abadi, dos días después del atentado suicida en la zona de Al Qarrada, en el centro de Bagdad, que causó más de 200 muertos y 230 heridos.
En rueda de prensa, Al Gabán dijo que podría revocar su dimisión “a condición de que se reforme el aparato de seguridad”. En su opinión, el Estado ha fracasado a la hora de organizar los aparatos de seguridad para que éstos actúen de forma coordinada y unificada.
Aseguró que él mismo intentó reformar dichos aparatos “lejos de egoísmos e interferencias entre las instituciones”, pero no logró resultados desde que asumió el cargo en octubre de 2014.
“Los fallos de seguridad van a repetirse si siguen estas interferencias políticas”, alertó Al Gabán.
Señaló que si bien el Estado ha invertido mucho dinero en los cuerpos de seguridad, sin conseguir resultados, es porque “no es posible hacer frente al terrorismo con métodos antiguos”.
Indicó que, a expensas de la confirmación de Al Abadi, su puesto será ocupado por el viceministro para Asuntos Administrativos, Oqail al Jazali.
Hubo un segundo coche-bomba al que se frustró su explosión
Además detalló que el coche bomba que provocó el atentado que tuvo lugar la madrugada del domingo y cuya autoría fue asumida posteriormente por el grupo yihadista Estado Islámico (EI), procedía de la provincia de Diyala, al este de Irak.
Reveló que un segundo vehículo sí fue detenido a tiempo.
Informó que las autoridades siguen investigando el ataque para descubrir quién preparó el coche bomba.
La inteligencia iraquí, añadió, descubrió últimamente 30 coches bomba y ha frustrado varios ataques del EI en el mes sagrado del Ramadán.
Tras el atentado, se han emitido condenas de parte de naciones árabes mientra que la población iraquí manifiesta su rabia e indignación hacia los gobernantes iraquíes por no haber evitado un nuevo ataque contra un barrio de mayoría chií en Bagdad, en este caso el más mortífero de 2016 en Irak.
