Bangladesh sufrió hoy el segundo ataque yihadista en menos de una semana, cuando un grupo de insurgentes se enfrentó a la Policía cerca de una zona de rezo en la que se celebraba el fin del mes sagrado musulmán de Ramadán, lo que causó la muerte de al menos dos policías, una mujer y un atacante.
La acción insurgente comenzó a primera hora de la mañana cerca de un lugar de oración en una explanada donde se congregaban unos 300.000 fieles en Kishoreganj, en el centro de Bangladesh, y aunque a media tarde había concluido el tiroteo con la captura de cuatro “terroristas”, la operación de búsqueda de más atacantes continúa.
“Estamos rastreando toda la zona”, afirmó a Efe el superintendente adjunto de la Policía de Kishoreganj.
El ataque comenzó con el lanzamiento de una bomba de fabricación casera contra un grupo de policías, a lo que siguió un tiroteo entre los atacantes y las fuerzas de seguridad, explicó a Efe un portavoz de la Policía desde el centro de control regional.
De acuerdo con el portavoz, seis policías “gravemente heridos”, algunos de ellos por armas blancas, fueron trasladados en helicóptero a un hospital de Dacca, la capital del país.
El ataque empezó poco antes del inicio de los rezos de celebración del Eid al-Fitr, la importante festividad musulmana que marca el fin del ramadán, lo que no evitó que, a pesar del pánico, el oficio religioso continuara, según el diario bangladesí The Daily Star.
La acción terrorista de hoy se produce menos de una semana después del asalto a un restaurante situado en una zona diplomática de Dacca, que comenzó en la noche del viernes y se extendió unas 12 horas, y que causó 28 muertos.
Un total de nueve rehenes italianos, siete japoneses, dos bangladesíes, un estadounidense y una india fallecieron durante la acción, en la que también perecieron dos policías y seis supuestos atacantes.
Los atacantes declararon su afiliación al grupo yihadista Estado Islámico (EI), un extremo negado por las autoridades bangladesíes, que culparon a grupos terroristas locales.
El portal estadounidense Site Intelligence publicó ayer un vídeo en el que tres supuestos combatientes bangladesíes del EI amenazaban desde Siria con más ataques en Bangladesh.
El ataque de esta jornada, sin embargo, aún no ha sido reivindicado y contrasta enormemente con el del pasado fin de semana, ya que en la acción contra el restaurante el objetivo eran únicamente “infieles extranjeros” y el de hoy se produjo durante una congregación musulmana.
La primera ministra de Bangladesh, Sheikh Hasina, se refirió hoy al ataque de la semana pasada en Dacca en un discurso con motivo del Eid al-Fitr, en el que se preguntó qué clase de creyentes musulmanes son aquellos que matan a gente durante un mes de oración.
“Son enemigos del islám”, sentenció Hasina, que pronunció su discurso antes de que se conociera el ataque de hoy.
La mandataria bangladesí también lanzó una petición a todos los padres que tengan a algún hijo desaparecido para que informen a la Policía, después de que se supiera de que algunos de los jóvenes que atacaron el restaurante estaban siendo buscados por sus progenitores.
“Les daremos nuestra entera cooperación para encontrar a sus hijos perdidos y si fuera necesario darles tratamiento (…). Queremos dejar claro que Bangladesh no es lugar para insurgentes y terroristas”, concluyó la primera ministra.
Estos ataques se producen en medio de la oleada de asesinatos de corte islamista que sacude al país desde 2013 y que, tras intensificarse el pasado año, deja ya más de 40 muertos, sobre todo entre miembros de diferentes minorías. |