La semana pasada un amigo y un ser querido, en distintos hechos y por condiciones fortuitas y adversas, tuvieron que parar al hospital. Uno al Civil y otro al Centro de Alta Especialidad. Ambos necesitaban una tomografía y a ambos los mandaron a la clínica particular San Francisco para que se la realizaran.
Si bien los catalogaron como población vulnerable, tuvieron que pagar el costo de 2 mil 500 pesos para que les practicaran el estudio que permitió saber que no tenían lesiones en el cráneo y cerebro.
Para nadie es un secreto que los hospitales públicos del estado de Veracruz tienen carencias y necesidades, se sabe que médicos, enfermeras y residentes hacen lo más con lo menos. Verdaderos héroes en algunos casos.
Y hasta hace un año, debo reconocerlo, aún funcionaba el tomógrafo. Lo constaté en carne propia, por eso me sorprendió ahora que a mis conocidos los canalizaran al hospital San Francisco.
Me puse a investigar y esto fue lo que encontré: Sí existe el tomógrafo en los hospitales públicos, al menos los de Xalapa, pero es subutilizado, solo se realizan de forma ocasional estudios simples y no contrastados.
Después de que se finiquitó el pleito con Finamed, (la empresa a la que se le contrató los servicios de hemodinamia, imaginología y hemodiálisis para 11 hospitales en el sexenio de Fidel Herrera), el estado adquirió equipo de este tipo para los principales hospitales.
En el caso del Centro de Alta Especialidad, antes CEM, hace tres años se destinó un millón y medio de pesos para reparar el tomógrafo, porque también es una realidad que con frecuencia los vandalizan, supuestamente empleados para tener menos carga laboral.
Trabajadores del sector salud, consultados en el tema, reconocieron el problema y explicaron que los estudios de contraste en el tomógrafo son más costosos y el inyector –en el caso del Hospital Civil- no funciona, además de que falta que la empresa capacite al personal que lo utilizará.
La tomografía de cráneo debe hacerse simple y contrastada para que se puedan valorar las arterias cerebrales y se tenga un diagnóstico completo y definitivo.
También, dicen, existen conflictos de interés en hospitales públicos, por llamarlo de alguna forma que no suene tan perspicaz, entonces cuando no sirve el equipo, mandan a los usuarios con particulares. Cuando se trata de rayos X, el bueno es el Dr. Lizárraga, según me informaron.
Ya en el sospechosísimo, suponen –puras conjeturas- que alguien cobra “comisiones” de los hospitales, clínicas y laboratorios privados con los que “subrogan” la atención que deberían brindar a los veracruzanos.
De paso, revelaron que las cirugías están paradas por falta de material, desde anestésicos hasta curaciones como suturas… Un verdadero atentado contra uno de los derechos más fundamentales: la salud pública.
También es cierto que los hospitales públicos de Xalapa están rebasados, atienden el tripe de usuarios para los que tienen capacidad… podríamos darles el beneficio de la duda de que ese fuera el caso.
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De crónicas: “Al parecer, el amor encarcelado cobra caro cualquier mentira. Si la interna se interesa, responde. Ese es el comienzo de los noviazgos en Casa Blanca”.
La cárcel del amor
José Alejandro Castaño
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