DESIGNACION en lugar de elección, fue el procedimiento que se llevó a cabo en el PRI nacional.

 

Cierto es, la nueva estructura política del tricolor, fue impuesta por el dedo presidencial, lo que indica que el mandatario nacional, ha decidido, de aquí en adelante, tomar las riendas de un partido que se ha visto seriamente vapuleado.

 

Las elecciones del cinco de junio, fueron, para el PRI y los priistas, una gran experiencia, la que no pensaban vivir, después de que el llamado partido de las mayorías, había venido sorteando serias dificultades políticas, pero al final, ganador siempre de los comicios.

 

No bastó, para nadie, la alternancia que se dio en dos sexenios seguidos en el mando nacional.

 

No bastaron los triunfos de la entonces llamada oposición en varios Estados de la República, para entender que el tricolor, venía disminuyendo su poder. Por eso, difícil será para la militancia priista, aceptar que el Presidente haya decidido, de la noche a la mañana, imponer su voluntad y disponer de sus mejores hombres para resolver el gran problema de la dirigencia nacional.

 

Despierta, parece ser, la fuerza del propio mandatario nacional, a quien se le venía criticando su falta de interés en el partido, así como en sus acciones que tienen que ver con el panorama político nacional.

 

Ahora, el ejecutivo, ha determinado poner en el camino más comprometido para su partido, la figura de un hombre que, efectivamente, no podrá tener la experiencia que otros tienen y que aspiraban y suspiraban porque fueran aprobados para esta designación en el partido, pero se sabe que se trata de un hombre serio, comprometido, pero sobre todo, sabedor de que lo que haga en la organización política bajo su mando, tendrá que ser de buenos resultados.

 

Y es que de paso, también el Presidente de la República, ha enviado la señal a todos los actores políticos del país, principalmente, a los Gobernadores de los Estados, donde mandan personajes ligados al Partido Revolucionario Institucional, que ahora sí hay un Presidente, a quien se le debe consultar sobre política y otros menesteres de la vida nacional.

 

Ya no son los tiempos en que los mandatarios estatales, se sirvieron con la cuchara grande

 

Por eso, los priistas han recibido la señal de lo que será en los próximos dos años en materia política.

 

Por eso, los mismos Gobernadores estatales, han sentido ya, en estos momentos, el verdadero poder que les viene desde a

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NO CABE DUDA, los veracruzanos están conscientes de que ahora más que nunca, la representación popular estuvo pobre.

 

Los diputados locales, sin hacer distinción de siglas, poco han aportado en materia de legislación y en su desconocimiento general de sus funciones, han caído, vergonzosamente en el ámbito de la sumisión.

 

Los recientes acontecimientos que se dieron en relación a las propuestas del Ejecutivo Estatal, para designar un fiscal anticorrupción, así como el nombramiento de los integrantes de la sala correspondiente, fueron una clara muestra de que en ninguna fracción parlamentaria hubo fuerza y decisión, menos la plena voluntad de enfrentar con responsabilidad, sus funciones como representantes del pueblo veracruzano.

 

Esta es, todavía, la diputación más criticada de todos los tiempos, aunque haya, desde luego, sus meras excepciones.

 

La misma ciudadanía se ha preguntado muchas veces cuál es la función de un Diputado. Desde el congreso no se ha dado respuesta alguna, porque desconocen precisamente lo que deben hacer, salvo lo que les dicten oficialmente, porque no han tenido capacidad para la reflexión, de estudio y de análisis de las propuestas e iniciativas que les son enviadas para legislar. El trabajo, ha sido pobre y difícil de respaldar, sobre todo, ante la interrogante democrática del pueblo.

Pero, ya se van, en poco tiempo, porque así se encuentra establecido constitucionalmente, pero si hubiera reelección, ¿Con cuáles argumentos pedirían de nuevo el voto popular?…

 

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HASTA AHORA nadie cree, pero Enrique Ochoa Reza, también se ha subido al carro de la sucesión presidencial.

 

No sería, pues, nada extraño, como ya lo comentamos en su momento, que el Presidente, impusiera, nuevamente su voluntad y sus facultades de hecho, para decidir sobre quien de todos los que ahora se han mencionado, podrían sustituirlo.

 

Sin embargo, esto podría tener condiciones.

 

La primera que el Partido del Movimiento de Regeneración Nacional, Morena, no ascendiera más en los índices de popularidad.

 

El miedo, es precisamente, que Morena, llegue a alcanzar niveles insospechados en la preferencia electoral, porque entonces, entrarían las estrategias más audaces, más precisas y contundentes para obstaculizar el paso de un candidato que ahora sigue llamándose Andrés Manuel López Obrador.

 

A nadie conviene, cuando menos, en la cúpula del poder en México, que un hombre como el propio Peje, llegue a la Presidencia de la República, porque habría consecuencias desastrosas en varios sectores del poder político y económico, sobre todo.

 

Pero de no darse estas circunstancias, entonces habría que pensar en los movimientos políticos de ahora, porque éstos, parecen tener sustancia y medida ante la situación política que impera en México.

 

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Y MAÑANA, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.

 

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