«En Los Pinos se disponían a descorchar botellas. El equipo del Secretario de Desarrollo Social tenía todo preparado para «lanzar» la imagen de José Antonio Meade en cuanto el Coneval validara los datos procesados por el INEGI (sobre el ingreso en los hogares) y declarara triunfalmente que la pobreza disminuyó hasta en un 30%. Pero la pretendida celebración y la campaña subsiguiente tuvieron que suspenderse abruptamente. porque ni en el equipo de Peña Nieto ni en el de Meade, esperaron el airado rechazo que provocarían por lo «inverosímil» de los resultados y por el cambio de metodología en su medición, sin previo aviso, sin protocolo alguna y sin ninguna explicación». Lo comenta Martha Anaya en «24 Horas».  Ay Santaella, del INEGI.