¡Vale! A todos nos gusta aventarnos un maratón semanal de “Game of Thrones”, “Breaking Bad” o “The Walking Dead”, los más geeks seguro estuvieron horas discutiendo las teorías sobre “Lost” o se vieron reflejados en los protagonistas de “The Big Bang Theory”, y a los más fresas no les importó salir del clóset confesando su afición a series como “Gossip Girl”, “Desesperate Housewives” o “Revenge”.
Aunque sin duda son grandes shows televisivos que han gozado de grandes dosis de popularidad y bastante atención por parte de las masas, muchas veces han desviado la mirada de otras series que a pesar de no ser el tema de conversación durante un receso o un brunch, sin duda tienen una gran historia que debido a su complejidad no han logrado la complicidad del fanatismo televisivo, pero sí de los paladares exigentes que buscan las mejores tramas para engancharse a ver un capítulo cada semana.
“Being Human”
Seamos claros, esta es una serie para un público muy selecto, ya que aunque peca de extraña y su historia no es precisamente grandiosa, ofrece una perspectiva muy diferente del terror acercándolo más al realismo mágico que al terreno de lo fantástico, por lo que los verdaderos fans del horror clásico quizá no disfruten su visionado. Su trama es cuando menos rompedora de esquemas, ya que narra la historia de una fantasma, un hombre lobo y un vampiro que se vuelven roomies (¿así o más casual?), teniendo estos monstruos que convivir con la especie humana procurando pasar desapercibidos. Justamente lo que la hace una experiencia interesante, es que a pesar de partir de lo sobrenatural, en realidad la serie utiliza los elementos fantásticos para criticar la naturaleza humana y mezclar el humor británico con la sangre de una manera totalmente friki y atípica. Lo más relevante de la trama es el aspecto humano y no lo sobrenatural de los personajes.
“Enligthtened”
Una serie incomprendida por el público, quien no llegó a aceptarla del todo a pesar de la buena acogida que tuvo por parte de la crítica y los premios (incluso estuvo nominada al Golden Globe como mejor serie de comedia). En parte es comprensible pues se trata de una serie de humor negro muy fuera del tono de las populares sitcoms americanas, ya que de entrada, es más una
tragicomedia con tintes de filosofía new age que puede resultar difícil de digerir para el público, sin mencionar que la protagonista no es para nada un personaje adorable al estilo Rachel de “Friends” o Carrie de “Sex and the City”, sino que se trata de un personaje en crisis y en depresión que procura lidiar con su padecimiento día a día, dando lugar a situaciones hilarantes como caóticas, pero que más allá de la carcajada invitan en todo momento a la reflexión.
“Banshee”
Una serie que eleva el género de acción a la categoría de arte, ya que aunque la trama no es del todo innovadora (una historia más de sherifs y gángsters), la puesta en escena, la adrenalina y las bien logradas secuencias de acción harán que suspendas todo menos el visionado de esta serie, que significa toda una inyección de energía a nuestro cuerpo cada que nos disponemos a ver un episodio. Eso sí, independientemente de las dosis de acción que posee, el desarrollo de los personajes y la carga dramática del programa no dejan de ser destacables.
“Twin Peaks”
Es un clásico “Underground” entre comillas puesto que fue un hit televisivo durante los 90, pero con el tiempo pasó a ser olvidada por las grandes masas, convirtiéndose entonces en un show de culto que inspiró a series de misterio de gran popularidad como “Lost” o “X Files”. La serie fue creada por el mítico director David Lynch, responsable de películas fascinantes y perturbantes como “Mulholland Drive” o “Blue Velvet”, por lo que debes estár dispuesto a sumergirte en el tono surrealista y onírico de la trama. Eso sí, debemos advertirte que una vez que accedes al misterio de “Twin Peaks”, no podrás escapar hasta que éste se resuelva. Justamente, este año la serie tendrá su reebot en Netflix, por lo que probablemente salga del anonimato en el que se encuentra actualmente
“Black Mirror”
Nuevamente los británicos se anotan otro punto con esta pequeña joya de serie que en realidad ofrece un mensaje sumamente agresivo y crítico hacia el desenfrenado uso de la tecnología por parte de la comunidad humana, proyectando una visión a futuro de la distopía en la que podemos transformarnos en caso de seguir situando a la tecnología como centro de nuestra vida. El formato de la trama consta de capítulos unitarios, que aunque son independientes entre sí y no guardan continuidad en sus historias, se relacionan en que cada episodio nos muestra un escenario distinto en que la tecnología quiebra al ser humano y a la propia sociedad, obligándole a mostrar su peor faceta . Una serie demoledora y que deja la moral por los suelos de cualquiera que se someta a verla.
“The Fall”
Casi todos asociamos a Gillian Anderson con su mítico papel de la agente Dana Scully en la popular serie “The X Files”, pero pocos conocen otro de sus grandes personajes como el de la también investigadora (a esta chica siempre se le ha dado bien hacerla de detective) Stella Gibson en la serie “The Fall”. Aunque la trama de este programa se centra en la clásica persecución “gato-ratón”, ofrece el atractivo de saber quién es el asesino desde el primer capítulo, teniendo éste el mismo protagonismo que la detective, de manera que podemos ver las dos caras del mismo suceso desde la perspectiva de la investigadora y del criminal.
“Doctor Foster”
Una serie que enmarca la infidelidad y sus consecuencias de una manera verdaderamente magistral, siendo muy superior a series adúlteras como “The Affair” o “Grey´s Anatomy”, al no dejar que la intriga recaiga en el mero culebrón, sino que la riqueza de su historia se deposita en el alcance que puede tener el engaño, ya que el drama se desencadena a partir de la sospecha de la protagonista sobre la infidelidad de su esposo sin imaginar lo lejos que llegará esta duda, por lo que la psicología del personaje terminará por dejar sin respiración a nuestro cerebro en esta trama vertiginosa y claustrofóbica que recuerda lo mejor del cine de Hitchcock.
“Fringe”
“The X Files” fue un hito en la historia de la TV americana, por lo que es difícil no usarla de referente (ya es la tercera vez que la mencionamos en este artículo) cuando se trata de series de misterio, pero en esta ocasión traemos el título a colación puesto que “Fringe” bien podría ser la hermana menor de dicho programa. A diferencia de la primera, ésta no fue para nada un hit televisivo (en parte porque era más complicado seguir la linea argumental de la historia), pero sí fue un programa que logró despertar el furor de un grupo fiel de seguidores que siguió la serie hasta el final y la salvó en varias ocasiones de que fuera cancelada. Aunque ambas son grandes a su modo, “Fringe” desafortunadamente estará siempre a la sombra de “Expediente X”, quizá porque el formato no innovó tanto como cuando se estrenó dicho programa, pero incluso varios seguidores de ambas series le reconocen a “Fringe” que fue mucha más bizarra y más alocada en su contenido, sin mencionar la riqueza de matrices psicológicos que tenían los personajes frente al misterio que resolvían cada episodio.
“Penny Dreadful”
A diferencia de “Being Human”, el formato de este programa sí se acerca más a la esencia del terror clásico, por lo que debes estar dispuesto a soportar las macabras y sangrientas imágenes que perseguirán a los espectadores más sensibles en sus pesadillas. El responsable del show es John Logan, autor del guión de grandes películas como “Gladiator”, “Hugo” y “Spectre”; quien entendiendo el fanatismo por los personajes clásicos del terror, decidió crear una serie que se acercara más al espíritu literario de estos seres y alejarse de la fiebre teen estilo “Twiligth” o “The Vampire Diaries” que ha marcado (desafortunadamente) tendencia en los últimos años. “Penny Dreadful” es un festín de horror que se toma sus licencias para hacer convivir a personajes como Van Helsing, Frankestein, Drácula e incluso Dorian Grey en una misma historia, además de fusionar un elegante vestuario y puesta en escena de la Inglaterra victoriana que se deja manchar por las vísceras, mutilaciones y orgías, que son sólo un poco del macabro banquete que este peculiar show nos ofrece.
“Six Feet Under”
Considerada como una de las mejores series de todos los tiempos. No es un show que haya gozado de gran popularidad, pero sí es ampliamente identificada por los sectores conocedores del buen cine como un programa imprescindible. Qué mejor manera de esbozar una oda a la vida que a partir de la muerte, y eso es justo lo que sucedía en “Six Feet Under”, pues cada capítulo empezaba con la muerte de algún personaje y se narraba la catarsis que esto provocaba en su respectiva familia y en los Fisher, la familia protagonista que inevitablemente pasa a ser parte de nuestra vida una vez que se visualiza el primer capítulo. Además de ser un programa sumamente complejo y con gran carga de existencialismo (incluso podría haber estado inspirada en la novela de “La Insoportable Levedad del Ser” de Kundera o “El Ser y la Nada” de Jean Paul Sarte), se trató de un show que fue transgresor, al abordar abiertamente temas como el incesto, la homosexualidad, el consumo de drogas o los transtornos mentales, de modo que generó polémica al momento de su emisión. El tiempo le ha hecho justicia, pues además de que ganó el Golden Globe por Mejor Serie Dramática, y ha sido catalogada por varios expertos como una de las mejores series a nivel mundial, a la fecha su último capítulo es considerado como el mejor episodio final de la historia de la TV. Una vez que lo vean nos darán la razón, pues es imposible no sentir que una parte de ti muere cuando tienes que despedirte de esta gran serie.
“Orphan Black”
Un thriller que tiene todos los ingredientes para ser un mega hit, pero que por alguna razón prefirió mantener un perfil discreto y seducir (del mismo modo que “Fringe”) a un fiel grupo de seguidores que la ha convertido en la serie hipster millenial del momento. Narra de manera magistral la historia de una chica que descubre que es un clon y todos los oscuros secretos que rodean a este posible futuro negocio, siendo la primera vez que en TV se pone sobre la mesa temas de bioética de manera tan abierta. Más allá del debate que seguro generará el show a largo plazo, el ritmo del programa es adictivo y endiabladamente bueno, lo que hará que, una vez que inicies con esta historia, te pierdas en la delgada línea de lo políticamente correcto o incorrecto a raíz de las memorables imágenes que aparecen en cada episodio.
“Alias”
Con “Alias” podríamos decir que sucedió lo mismo que con “Twin Peaks”, ya que aunque en su momento fue una de las series más vistas, generando altos niveles de audiencia, con el tiempo pasó a ser considerada una serie de culto desconocida para las nuevas generaciones. El programa es único en su especie, pues lo que inició como una serie de acción e intriga de espionaje, terminó transformándose en un hilarante programa sobrenatural y con trasfondo mitológico, siendo una de las pocas veces en que las secuencias de acción y espionaje eran mezcladas con elementos fantásticos de manera sublime. El show logró generar toda una legión de seguidores que elaboraron todo tipo de teorías respecto a la trama convirtiéndose en un gran fenómeno mediático, sin mencionar que fue la plataforma que catapultó a la fama a Jennifer Gardner. “Alias” fue la antesala de “Lost” (ya que comparten al mismo creador) por lo que podríamos decir que este programa fue el ensayo para que J.J Abrahms creara uno de los mayores fenómenos mediáticos de todos los tiempos. Aunque quizás “Alias” no logró la trascendencia de “Lost”, a la fecha se considera que varios de sus capítulos albergan algunas de las mejores secuencias de acción realizadas para la TV, y algunos de los mejores giros inesperados en la historia de la televisión.
Te aseguramos que no te decepcionarán estas sugerencias, ya que contienen elementos para todos los gustos, pero mezclados de manera en que ninguna resalta a otra: maquillaje, historia, set, fotografías, todo trabaja en función de las series, convirtiéndolas en verdaderas obras de arte.