Renovarse o morir es una frase que tiene su origen en el mito de la supuesta renovación del águila, que ha sido muy cuestionado por algunas personas a pesar del bello mensaje que encierra.

 

Lo cierto es que Miguel de Unamuno fue quien afirmó “que el progreso consiste en renovarse” dando, tiempo después, origen a la frase hoy comentada.

 

El mito del águila real americana nos cuenta que el ave posee la mayor longevidad de su especie, llega a vivir hasta 70 años. Pero para llegar a esa edad, en el ecuador de su vida tiene que tomar una seria y difícil decisión.

 

A los 40 años, sus uñas curvas y flexibles no consiguen agarrar a las presas de las que se alimenta, su pico alargado y puntiagudo comienza a curvarse apuntando contra el pecho peligrosamente, y sus alas, envejecidas y pesadas por las gruesas plumas hacen que volar sea una tarea muy complicada.

 

Es entonces, cuando el águila tiene que tomar una decisión y sólo tiene dos alternativas: dejarse morir, o enfrentar un doloroso proceso de renovación que durará unos ciento cincuenta días.

 

Ese proceso consiste en volar hacia lo alto de una montaña y refugiarse en un nido próximo a una pared, donde no necesite volar. Entonces, el águila ya refugiada comenzará a golpear su pico contra la pared hasta conseguir arrancarlo. Una vez amputado, tendrá que esperar a que nazca un nuevo pico con el cual, después, tendrá que arrancar sus viejas uñas.

 

Cuando las nuevas uñas comienzan a nacer, será el momento para desprenderse de sus viejas plumas arrancándoselas con su nuevo pico. Después de cinco meses muy duros, el águila real saldrá victorioso ejecutando su famoso vuelo de renovación y entonces dispondrá de 30 años más de vida.

 

Sin embargo, más allá del mito, lo cierto es que todos nosotros, de alguna manera, debemos de estar en renovación constante para para no anquilosarnos, lo mismo debe de hacerse con todas las instituciones de cualquier tipo.

 

Esto viene a colación por lo sucedido al PRI, que, después de la derrota del 2000, ahora ha sufrido, pienso yo, un colapso mayor.

 

Al perder el PRI la presidencia de la República le quedaron en su poder más de 20 gubernaturas, lo que le permitió una lenta pero segura recuperación, gracias también a los errores y metidas de pata de los presidentes surgidos del PAN, que hicieron un verdadero desbarajuste en nuestro país, pues como el mismo Felipe Calderón confesó en una ocasión es más fácil ser oposición que gobernar.

 

Recordemos que el petróleo llegó a estar en su máxima expresión comercial, a casi 100 dólares el barril durante los dos sexenios, dineros que no supieron administrar; se les escapó el Chapo y nunca lo recapturaron, y comenzó la debacle en la seguridad del país, actualmente uno de nuestros principales problemas mayores como ciudadanos, ya que del tráfico de droga se pasó a una terrible anarquía delincuencial con extorciones, secuestros, crímenes de toda laya poniendo en riesgo nuestra integridad física, nuestras vidas y nuestro patrimonio, un verdadero calvario que hasta la fecha continúa, debido a que los gobernadores tampoco han hecho su chamba.

 

En esta ocasión, por primera vez en su historia, las gubernaturas más importantes se le han ido de la mano, quedándole, fundamentalmente, el Estado de México, que también podría perder en el 18 en un descuido.

 

Si el PRI pierde las elecciones en el 18 que se despida, definitivamente, de la silla presidencial, y su regreso tendrá que ser milagroso, lo que en política difícilmente sucede, pues en estos momentos las encuestas le dan la delantera al PAN y los morenos, con Obrador a la cabeza, le viene pisando fuertemente los talones.

 

En Veracruz tendrá que echar mano de sus mejores cuadros, que no veo muchos por cierto y los dirigentes que actualmente están deben irse ipso facto, por salud política para ellos y para el partido.

 

Deben aparecer rostros nuevos, no digo jóvenes, pues ya vimos lo que pasó con la camada que Fidel heredó.

 

Me refiero a personas con experiencia, que los hay, y las cuales por razones eminentemente políticas, la mayoría, han permanecidas durante doce años desperdiciadas en la banca, como se dice coloquialmente, y entre otros puedo citar a   Eduardo Thomé Domínguez, Alfredo Bielma Villanueva, Marcelo Ramírez, quienes entreverados con jóvenes no maleados, que también los hay, le den aire fresco al partido institucional; unida sabiduría existencial con el empuje y el entusiasmo de la juventud, a la cual se les debe leer la cartilla para que no se dejen llevar por el canto del dinero y la corrupción.

 

El nuevo dirigente nacional del PRI tiene que ponerse las pilas en automático para que el padre cronos, el tiempo, no lo devore como lo hacía con sus hijos de acuerdo a la mitología griega.

 

Así como a nivel nacional se encontró un rostro nuevo para dirigir al comité ejecutivo,   con características de honestidad y capacidad de dirección con eficacia administrativa, en Veracruz no creo que las cosas estén tan podridas para que no exista una persona con esas o parecidas características.

 

Ricardo Ahued, de excelente imagen, con un experimentado y juvenil equipo, podría llevar la nave a buen puerto. Estoy seguro.

 

Nuestro estado siempre ha sido un semillero de verdadero talento , con un gran prestigio político a los que siempre les anteponíamos el Don como   Fernando Gutiérrez Barrios, Rafael Murillo Vidal, Rafael Hernández Ochoa, Agustín Acosta Lagunes, Fernando López Arias, a quién políticamente siempre cuestioné pero que sembró de escuelas el estado con mi paisano el profesor Ángel José Hermida Ruiz y a quienes  les podríamos agregar a Marco Antonio Muñoz y si nos vamos más atrás Heriberto Jara y Adalberto Tejeda.