A ENRIQUE Ochoa Reza, le esta tocando una etapa completamente difícil como dirigente nacional del PRI.

 

El tricolor, como se sabe, viene sufriendo las consecuencias de haber olvidado que tiene principios fundamentales que atender y que son, si duda alguna, importantísimos para la sobrevivencia política.

 

Eso lo sabe Ochoa Reza, por lo que esta procurando que esta organización que ahora dirige, alcance nuevamente los niveles de aceptación que tenía hace algunos años y que por descuido, precisamente, de quienes lo tuvieron en sus manos, ahora se debate en una terrible crisis de credibilidad.

 

El PRI, perdió posiciones, como suele suceder en cualquier partido político, debido muchas veces a la falta de estrategias para actuar o sencillamente porque sus candidatos no son moneditas de oro.

 

Sin embargo, la derrota priista, vista apenas el cinco de junio pasado, presenta otra lectura, muy distinta a lo que puede pasar en cualquier otra elección. Sencillamente, la ciudadanía se cobró muchas facturas pendientes, emitidas, sobre todo, por gobernantes que salieron de sus filas y que no respondieron, precisamente, a lo que dictan sus propios documentos en los que se encuentran los famosos principios políticos que debieron seguir.

 

El hartazgo hacia los gobernantes, fue, antes que nada, el principio de la derrota, porque los ciudadanos no tuvieron otra forma de ponerse a mano de todo lo que le han hecho, de lo que le han prometido y que no se ha cumplido, así como ver que son los mismos personajes de siempre los que acaparan posiciones políticas y que no tienen otro objetivo que buscar enriquecerse con los recursos económicos que son de todo un pueblo.

 

Vaya, pues, que la chamba de Enrique Ochoa Reza, desde la dirigencia nacional, es enorme, diríase que hasta imposible de cumplir, cuando menos en este momento en que todos los priistas están, prácticamente, enojados con la actuación de quienes fueron respaldados por el propio Partido Revolucionario Institucional, y que, finalmente, hicieron lo que quisieron, sin atender consejos de ninguna especie.

 

El PRI, en verdad, tiene que revolucionarse completamente y ser un partido nuevo, con caras nuevas o diferentes, así como establecer la plena obligación de quien es respaldado por la organización política, a respetar completamente los dictados de los estatutos que se ha dicho siempre, son los mejores, pero que no se toman en cuenta cuando los candidatos se convierten en ganadores de alguna posición, pues la consideran ajena al partido que los propuso y ponen de por medio la famosa sana distancia entre el gobierno y el partido.

 

Ochoa Reza, va por el camino correcto y no se desespera, porque además, tiene instrucciones bien pensadas, de tal manera, que prefiere tomar las cosas con la calma que le permita pensar y pensar bien para poder recuperar la posición envidiable que siempre tuvo el Revolucionario Institucional, dentro del panorama político nacional.

 

Sin embargo, esto no quiere decir que el trabajo se posponga, pues como están las cosas lo mejor será que ya se comience, de una buena vez, a activar todas las operaciones políticas para resarcirse de los daños y las heridas que están sangrando todos los días y que de no atenderse de inmediato puede llegar a grados más extremos donde quepa la posibilidad de la desaparición completa de este partido político.

 

Los Estados del país donde el PRI perdió la gubernatura, son los espacios que el mismo tricolor tiene que procurar, renovando, desde luego, sus propias estructuras políticas a fin de ceder a mejores estrategas la conducción de las dirigencias estatales, pues parte de la renovación tiene que ver mucho con la presencia, todavía, de los mismos directivos que no pudieron, en determinado momento, detener la debacle política de la pasada elección constitucional.

 

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PARECE SER QUE UNA de las estrategias del Comité Ejecutivo Nacional del PRI, es detener el proceso de renovación de las dirigencias estatales, sobre todo, en Estados, como Veracruz, que perdieron la gubernatura, con la finalidad de impedir que todavía los actuales gobernantes pudieran hacer uso del poder político que tiene y dejar a personajes afines a sus propios intereses.

 

Sin embargo, hay quienes difieren de esta forma de pensar, porque, si hablamos de Veracruz, como mero ejemplo, no todos los priistas son duartistas, por lo que no faltaría quien, con sus buenas intenciones y plena responsabilidad, pudieran dirigir los destinos del PRI estatal.

 

Como se ha dicho, el trabajo político que debió seguir al otro día de las elecciones, se ha ido postergando, en principio por la falta de un dirigente nacional, luego por los nuevos programas de acción que supuestamente se están concretando para iniciar el proceso de renovación nacional de un partido que sigue ahí, sangrando por la herida del pasado cinco de junio y que nadie se ha preocupado por curar.

 

Veracruz, que es un estado especial para la federación por muchos motivos, pero principalmente por la actividad política que se desarrolla y el interés que se tiene desde la federación en cada ocasión que se presentan elecciones, debiera estar permanentemente en estado de alerta, porque si un día se pierde una elección, mañana se pueden ganar muchas otras que compensarían las derrotas de otros procesos electorales.

 

Por lo pronto se tienen noticias de que el PRI en Veracruz, seguirá esperando que un día se decidan, quienes tienen la responsabilidad de conducirlo, a continuar el trabajo político que requiere para estar en condiciones de enfrentar las próximas elecciones del año que viene, las cuales, para la entidad veracruzana, serán de suma importancia para lo que viene en el siguiente año, es decir, la nueva sucesión gubernamental y la más importante para este partido político, la propia sucesión presidencial.

 

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NO ES TAN SOLO cumplir con la función que le han encomendado y presentar proyectos que tengan que ver directamente con el compromiso contraído, en su calidad de Co presidente de la Conferencia Nacional de Municipios de México.

 

No, Américo Zúñiga Martínez, ha dicho la verdad, fundamentada en el estudio y la razón, pues con toda precisión ha manifestado que el fortalecimiento de los municipios del país, debe servir para que las familias mejores sus propias condiciones de vida.

 

Y es que el alcalde de la ciudad capital del Estado de Veracruz, bien sabe que las autoridades municipales, son las más cercanas al pueblo, a la gente, la que vive en poblaciones marginadas, en barrios pobres y de escasa atención por parte de los gobiernos estatales.

 

Desde ese punto de vista, el munícipe veracruzano, ha pedido, prácticamente, que se revisen prioridades y una de esas es respaldar directamente a los municipios para que éstos puedan cumplir eficazmente con todos sus compromisos, principalmente, con la gente que gobierna y a la que se atiende directamente y sin intermediarios que demeriten la función social de los gobiernos.

 

Fortalecer a los municipios, es procurarle los elementos indispensables para hacer llegar un buen gobierno, trátese del Estado o de la propia federación, pues en todo caso, el municipio es la mejor vía para cumplir con quien ordena a través del voto popular.

 

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Y MAÑANA, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.

 

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