Estados Unidos sacrificaría su alianza con Turquía ante un «terrorista» si se niega a extraditar al clérigo afincado en Estados Unidos al que Turquía acusa de instigar el intento de golpe de Estado del 15 de julio, afirmó el martes el ministro turco de Justicia.
Además, el ministro Bekir Bozdag dijo que el sentimiento antiestadunidense en Turquía ha «tocado techo» sobre la cuestión del regreso del clérigo Fethullah Gulen, según declaraciones a la agencia estatal de noticias Anadolu.
Turquía acusa a Gulen de idear el intento de golpe y quiere que vuelva a Turquía para ser juzgado.
Washington ha dicho que necesita pruebas sobre la implicación del religioso y señala que debe permitirse que el proceso habitual de extradición siga su curso.
Gulen, que vive en un exilio autoimpuesto en Pensilvania, ha negado su participación en el violento intento de insurrección, en el que murieron más de 270 personas.
Si (Estados Unidos) no lo devuelve, estará sacrificando a Turquía ante un terrorista», manifestó Bozdag.
Estados Unidos es un gran Estado y creo que hará lo que se espera de un gran Estado».
El ministro de Justicia afirmó que las autoridades aún investigan quién era el sospechoso número dos de la trama.
No hay información firme sobre quién habría sido el jefe del Estado, quién habría sido el primer ministro, si este golpe hubiera tenido éxito», indicó Bozdag.
El primer ministro, Binali Yildirim, prometió el martes llevar a Gulen ante la justicia en declaraciones durante su comparecencia semanal ante los legisladores del partido en el gobierno.
Ese líder terrorista vendrá a Turquía y rendirá cuentas. Ese hombre que ordenó el bombardeo de Turquía y el Parlamento, que dirigió el armamento turco hacia el pueblo turco, recibirá el castigo que merece», afirmó Yildirim.
Tras el fallido alzamiento, el gobierno lanzó una amplia ofensiva contra los seguidores de Gulen.
Según Bozdag, Turquía detuvo formalmente a 16 mil sospechosos pendientes de juicio por el intento de golpe de Estado, e interroga todavía a otras 6. mil personas. Además, hay al menos 7 mil 668 más bajo investigación pero que no están arrestadas, agregó.
Por otra parte, decenas de miles de personas con una presunta vinculación con Gulen han sido suspendidos o cesados de sus empleos en la judicatura, medios de comunicación, educación, sanidad, el ejército o el gobierno local.
Países europeos y grupos de derechos humanos han expresado su alarma por el alcance de la represión turca, lo que molestó a funcionarios de Ankara que se han quejado de falta de apoyo al país tras el fallido golpe.
Yildirim dijo que Turquía contratará a 15 mil nuevos profesores y reclutará a 10 mil nuevos policías para sustituir a los maestros y agentes purgados por sus supuestos lazos con el movimiento de Gulen.