Al menos ocho personas han muerto y otras 38 han resultado heridas en dos ataques en distintas provincias del sur de Turquía, atribuidos por los medios turcos a la guerrillas del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK).
Dos civiles y un policía murieron en un ataque en Kiziltepe, en la provincia de Mardin, mientras que otros cuatro civiles y un agente murieron al estallar un coche bomba al paso de un vehículo policial en Diyarbakir, informó el ministro de Comunicación, Ahmet Arslan.
El primer ataque fue el de Kiziltepe, municipio situado a unos 20 kilómetros al suroeste de Mardin y a unos 12 de la frontera siria, que fue cometido sobre las 15.00 GMT al explotar un vehículo cargado de explosivos, aparcado en el arcén de la carretera.
Allí murieron un policía y dos civiles y hubo veinte heridos, cinco de ellos agentes y el resto civiles, informó Arslan en declaraciones recogidas por la cadena NTV.
El diario Hürriyet precisa que aparte de estos heridos ingresados en los hospitales, varias decenas de ciudadanos sufrieron heridas leves y fueron atendidos de forma ambulante por las unidades médicas desplazados al lugar.
El ataque de Diyarbakir, realizado con una táctica muy similar unos cuarenta minutos más tarde, ha costado la vida a cuatro civiles y a un policía, señaló Arslan, precisando que en ambos casos se trató de un ataque con coche bomba.
El ministro agregó que cinco policías fueron heridos de forma leve en el ataque mientras que la cadena NTV destaca que hubo, además, ocho heridos civiles.
Esa emisora señala que el coche bomba, al estallar, prendió fuego a otro vehículo en el que viajaba una familia, causando la muerte de tres o cuatro de sus miembros.
En los últimos meses, la guerrilla kurda ha usado con frecuencia la táctica de lanzar coches bomba contra furgonetas de la Policía que transportan a los agentes que inician o han terminado su turno de trabajo. J