De niña, nunca fui usuaria de la biblioteca. Nunca tuve una credencial que me permitiera acudir a alguna y sacar libros por montones. Y como rata de biblioteca infantil, aquello me producía un inmenso pesar. Era como si no tuviera una acreditación que me permitiera validarme como parte del “club de los lectores empedernidos”.
La verdad es que tampoco necesitaba ir a la biblioteca para leer. En mi hogar tenía suficientes libros: los regalados y los olvidados por mis padres. Y de paso, también tenía acceso a una colección enorme de literatura en la casa de mis abuelos… Ciertamente tenía que entrar a esa pequeña gran biblioteca a hurtadillas y hacer como “La ladrona de libros”, pero al menos eso le añadía emoción a la experiencia. Aun así, persistía mi pesar.
Esta semana he recordado y aliviado mis penas infantiles cuando, por fin, me he registrado como usuaria de una biblioteca por puro placer. ¿La Carlos Fuentes? ¿La Biblioteca de la Ciudad? ¡No! Hoy hablo de DigitaLee, la biblioteca virtual de la Secretaría de Cultura.
DigitaLee funciona como cualquier otro acervo de libros electrónicos que hay en Internet: textos digitalizados para el consumo del usuario, sin precio alguno. La diferencia es que este proyecto realmente parece querer recuperar la experiencia de ir a la biblioteca, pero ahora desde la comodidad del hogar. Esto significa que es necesario pasar por un registro para volverse usuario y que los libros, a diferencia de otros servicios, sólo son prestados. Si a usted le causa escozor descargar libros de forma ilegal, pero tampoco tiene las posibilidades para comprarlos, DigitaLee es su mejor opción.
Como en cualquier biblioteca, a veces los libros no están disponibles, por lo que es necesario reservarlos. Una vez hecha la reservación, sólo queda esperar al correo que nos indique que nuestro libro está disponible para ser leído. A partir de ahí, contamos con 21 días para acabarlo y “devolverlo”. Pero también es posible renovar el préstamo.
A los libros prestados se puede acceder desde la página web http://www.digitalee.mx/ o bien, desde una app disponible tanto para IOS o Android. Personalmente, puedo recomendar sin dudas la app de IOS, que permite la lectura como si de un epub se tratara, con opciones para aumentar o disminuir el tamaño de la letra, así como para elegir el modo de visualización: día, noche y sepia.
Lamentablemente, DigitaLee no se salva de tener algunos pequeños fallos. El primero de ellos es que los lectores más exigentes seguirán sin poder encontrar ciertas obras, quizás más especializadas o menos famosas (los best sellers del momento, eso sí, están ahí). El segundo es que, aunque se puede reservar un libro que ya está en préstamo, no se indica cuándo, aproximadamente, ya estará disponible; esto, sin embargo, no tiene por qué ser directamente una molestia, dependiendo del optimismo de cada lector. El tercero es meramente una consideración personal: si bien se puede subrayar en la app de IOS, el subrayado sólo puede realizarse en verde fosforito, pasable de día, pero insoportable de noche.
Y añadiría uno más: como en los viejos tiempos, los libros de DigitaLee son susceptibles a la copia ilegal, siempre y cuando el lector tenga la suficiente paciencia para tomar screenshot de cada página y después exportar cada una a PDF. Si la idea de abrir una biblioteca virtual en los términos de DigitaLee era reducir la piratería de libros, el riesgo aún está ahí…
Pero por el momento, no puedo quejarme. DigitaLee es una excelente opción para explorar novedades y otros textos que podrían resultar interesantes, sin tener que andar dando vueltas por la ciudad para recoger y devolver el libro. Además, ¡hasta encontré un libro que quería y que mi cartera no me ha dejado comprar!