Y el que dejó de ser “presunto”, como le decía Javier Duarte y se convirtió en Gobernador Electo de Veracruz fue Miguel Ángel Yunes Linares después de la resolución y el voto de los magistrados del Tribunal Electoral de Veracruz a su favor.
Aunque no todos los panistas están contentos; al menos encabronado se le vio al diputado Gustavo Madero que acusó públicamente al dirigente del PAN, Ricardo Anaya, de no cumplir con su palabra de impulsarlo para la Presidencia de la Cámara de Diputados que dejará vacante el perredista Jesús Zambrano Grijalva, pues durante la reunión que sostuvieron los 110 diputados blanquiazules, se tomó la decisión, por unanimidad, de designar a Guadalupe Murguía Gutiérrez y Javier Bolaños Aguilar pàra encabezar dicha presidencia legislativa.
Así es, leyó usted bien: una mujer y un hombre, igualdad, inclusión. Seis meses para que cada uno dirija los trabajos parlamentarios en una combinación inédita en la historia de San Lázaro. ¡Bien por el mensaje panista!
Un caso particular que hay que destacar en uno de estos dos diputados panistas: Uno de ellos ¡huele a candidato a Gobernador… y es xalapeño!
Exacto, nos referimos a Javier Bolaños Aguilar, y quizás su nombre no le diga nada porque casi todo su trabajo político lo ha desarrollado en el Estado de México, Puebla y particularmente en Morelos, siendo este último estado por el que obtiene la diputación por el principio de mayoría relativa.
A Javier Bolaños se le relaciona con el ex gobernador panista de esa entidad Sergio Estrada Cajigal, y por ser xalapeño, desde San Lázaro, puede representar un factor a favor del ahora gobernador electo Miguel Ángel Yunes Linares. Sí, un aliado en la Cámara baja. Por cierto, como cité, el xalapeño de nacimiento, Bolaños Aguilar, empieza a repuntar como candidato del PAN a la Gubernatura… ¡pero de Morelos!
Copy-Peña
¡Copiaste tu trabajo! De inmediato muy serio contestaba: “No maestra, yo lo hice”.
Era la respuesta común de mis alumnos universitarios cuando les hacía referencia a que se habían plagiado la tarea de alguno de sus compañeros o incluso habían dado “copy-paste” desde la red con un tema similar.
Lo más triste era cuando tenían que darme la razón y poner un sinfín de excusas, pues les comprobaba su plagio. Bastaba poner un párrafo completo en Google para que nos remitiera al trabajo en cuestión o buscar las propiedades del archivo para descubrir quién había sido el autor original de la tarea encomendada.
Desde luego que mis alumnos me han de haber odiado. Pero era necesario verificarlo por dos razones. Profesionales y éticas.
Todo esto viene a razón por el reportaje realizado por el equipo de investigaciones especiales de Carmen Aristegui que dio a conocer que el presidente Enrique Peña Nieto plagió el 28.8 por ciento de su tesis para obtener la licenciatura en Derecho por la Universidad Panamericana denominada “El Presidencialismo Mexicano y Álvaro Obregón”.
La respuesta oficial ya la conocemos: Cumplió con los requisitos establecidos por la Universidad y tuvo errores de estilo como citas sin entrecomillar y falta de referencia de los autores.
Y la pregunta del millón ¿Tiene importancia un plagio de hace 25 años?
En mi opinión, el plagio no deja de serlo, así pasen los años…sigue siendo plagio y un delito intelectual.
Pero recordemos que el plagio puede ser de diversas formas: el conocido como copiar y pegar, la adaptación (tomar varias fuentes y hacer un párrafo muy parecido al original) y el parafrasear (mencionar con palabras propias, las ideas de otros).
Enrique Krauze, uno de los autores plagiados, expresó que es un trabajo realizado con irresponsabilidad académica, y que en México se ha extendido la práctica de utilizar las ideas de otros sin citarlos.
Guillermo Luna, un ex alumno de la Universidad Panamericana, también reaccionó a través de la página Change.org donde emitió su solicitud a la Universidad para que le retire el título de Licenciado en Derecho a Enrique Peña Nieto. Lo increíble del asunto es que llevaba 119,796 simpatizantes.
¿Y pasará algo? claramente no pasará nada, pues no se le sancionará, tan solo será objeto de las burlas a través de los memes. Y desde mi punto de vista tampoco se le ve una culpa moral.
En otros países como Alemania ya hubiera renunciado al cargo y le hubieran quitado el grado académico en cuestión del plagio, como le paso a Karl Theodor Zu, cuando era ministro de defensa o a Anette Schavan, ministra de educación. ¡Ah, mi México Lindo!