La negociación entre el gobernante PP (centroderecha) y los liberales para la investidura como jefe del Ejecutivo de Mariano Rajoy progresa entre dificultades debido a las exigencias del partido Ciudadanos en materia de empleo y de otros eventuales socios de los populares.
El PP obtuvo 137 escaños en los comicios del 26 de junio y Ciudadanos 32, por lo que la suma de ambos alcanza 169, a siete de la mayoría absoluta que permitiría a Rajoy renovar al frente del Gobierno, mientras que el resto de grupos del Congreso opta por el “no” al candidato popular.
Rajoy acudirá al debate de investidura en el Congreso a partir del 30 de agosto, con dos votaciones previstas, el día 31 y el 2 de septiembre.
A PP y Ciudadanos les gustaría contar con el respaldo de los socialistas (PSOE, 85 escaños), aunque fuera en forma de abstención en la segunda votación sobre Rajoy, pero sus dirigentes rechazan esa hipótesis.
Por eso el PP aludió hoy a los nacionalistas vascos del PNV, que cuentan con cinco escaños y el dirigente popular Alfonso Alonso emplazó a este partido moderado de centroderecha a apostar por la estabilidad en España con un apoyo a Rajoy.
La fórmula, que el PNV descarta, incomoda a Ciudadanos – un partido poco favorable a los nacionalistas -, hasta el punto de que el dirigente liberal José Manuel Villegas advirtió hoy al PP de que no puede llegar a acuerdos con otros partidos que sean “incompatibles”, en alusión al PNV, lo que pondría en riesgo su propio pacto con los populares.
El acuerdo de investidura entre PP y Ciudadanos se negocia estos días y ambas partes constatan que hay muchos puntos de entendimiento en materia económica, aunque se han encallado en puntos como el fomento de la contratación.
Los liberales quieren que sólo haya un tipo de contrato laboral y reducir la precariedad mientras que el PP, que aprobó una reforma laboral durante su primera legislatura (2011-15) no quiere cambios.
Asimismo, Ciudadanos quiere bajar los impuestos a los trabajadores autónomos, lo que no gusta al PP.
La negociación entre ambos se abrió después de que Rajoy aceptara seis exigencias previas de los liberales en materia de regeneración democrática y lucha contra la corrupción, un tema sensible porque el PP tiene a algunos cargos y militantes procesados en varios sumarios.
Por su parte, Mariano Rajoy, esperará a que avancen las negociaciones que su partido mantiene con Ciudadanos antes de telefonear al secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, dijeron a EFE fuentes populares.
Rajoy ya trató de hablar la semana pasada con Sánchez para intercambiar opiniones sobre la fecha de investidura, antes de que se anunciara que el debate comenzará el día 30, pero no logró su objetivo.
Todo apunta a que Rajoy será rechazado en las dos votaciones de investidura de la semana próxima, lo que ya le ocurrió al socialista Sánchez a principios de marzo pasado, cuando sólo tuvo 131 votos de los 350 escaños del Congreso.
No obstante, el hecho de que tenga lugar esa votación la semana que viene permitirá poner en marcha el mecanismo constitucional según el cual, si transcurridos dos meses no se ha elegido un jefe del Ejecutivo el Parlamento se disolverá automáticamente y se convocarán nuevos comicios para el 25 de diciembre.
Serían los terceros en un año, tras los del 20 de diciembre de 2015 y los del pasado 26 de junio.