«Dos sujetos bebían en el bar, y empezaron a intercambiar confidencias acerca de sus respectivas esposas: uno le preguntó al otro: -«¿Tu esposa grita al hacer el amor?». -«Vaya que sí grita. respondió el otro. -Algunas noches salgo a caminar al parque de la colonia que está a una cuadra de la casa, y hasta allá oigo sus gritos». Lo publica Catón en «Reforma».