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con información de Efe y Dpa

La presidenta suspendida de Brasil, Dilma Rousseff, comenzó a presentar sus alegatos finales en el juicio político que enfrenta en el Senado y afirmó que siente “el gusto amargo y áspero de la injusticia”.

Ante los 81 senadores, constituidos en jueces y dirigidos por el presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lewandowski, como garante constitucional del proceso, Rousseff insistió en su inocencia y avisó que “no esperen” de ella “el obsequioso silencio frente a los cobardes que pretenden atentar con el Estado de Derecho”.

“Estamos a un paso de la consumación de una grave ruptura institucional, de concretar un verdadero golpe de Estado”, denunció.

“Soy acusada injusta y arbitrariamente”, insistió Rousseff, que reiteró que las acusaciones de maniobras fiscales en las que se basa el juicio político en su contra son “pretextos para derribar a un Gobierno legítimo” y “viabilizar un golpe” amparándose en la Constitución.

Recordó que su compromiso político se remonta a los años de lucha contra la dictadura militar, cuando fue torturada y encarcelada, un periodo en el que “tenía miedo de la muerte y de las secuelas de la tortura”. “Pero no cedí, resistí”, agregó.

Ahora, “a los casi 70 años, después de ser madre y abuela, nunca renunciaría a los principios que siempre me guiaron: Tengo un compromiso con mi país, con la democracia y el Estado de Derecho”.

“He sido intransigente en la defensa de la honestidad y la gestión pública”, subrayó.

“No lucho por mi mandato, por vanidad o apego al poder”, añadió. “Lucho por la democracia, por la verdad y la justicia, por el pueblo de mi país”, afirmó la presidenta suspendida de Brasil, que se mostró serena y utilizó un tono firme en su discurso ante el pleno del Senado.

La comparecencia antecederá a la votación final en la que el Senado decidirá el destino de Rousseff. Debe obtener al menos 28 votos para evitar que sus opositores alcancen la mayoría de dos tercios necesaria para destituirla.

En caso de que Rousseff pierda el cargo, Temer asumirá definitivamente el cargo hasta las elecciones de 2018. Analistas y actores políticos especulaban en los últimos días con el mayor adelanto posible de la votación para permitir que Temer, jefe de Estado interino desde mayo, pueda viajar a la cumbre del G20 de esta semana en China ya oficialmente como presidente. Las últimas previsiones apuntaban a que la votación final podría ser el martes o en la madrugada del miércoles.

Las últimas previsiones apuntaban a que la votación final podría ser el martes o en la madrugada del miércoles.

El controvertido juicio contra Dilma Rousseff está enmarcado en varios escándalos de corrupción que salpican prácticamente a toda la clase política brasileña y en una dura crisis económica en la primera economía de América Latina.