Es inevitable evadir el tema que ha mantenido a este país prácticamente a punto de shock las últimas 48 horas, la visita de Donald Trump. Todo comenzó con unos twits que empezaron a circular en las redes sociales el martes 30 en la noche. Los mensajes provenían de la oficina de prensa del candidato republicano a la presidencia de los Estados Unidos, y básicamente consignaban que Trump sería recibido por el presidente mexicano Enrique Peña Nieto al otro día, o sea ayer miércoles último día del mes de agosto en la residencia oficial de Los Pinos, en la ciudad de México.
A esa hora y en lo que restó de la noche, y muy probablemente en toda la madrugada, las redes sociales, Twitter y Facebook, se convirtieron en la ruta a través de la cual los twiteros y ‘feisbuqueros’ se volcaron para expresar diferentes puntos de vista respecto de la noticia de la visita de este funesto individuo, abanderado de los republicanos al máximo cargo de su país, que se ha dedicado en el último año a denostar, insultar y a escupirnos en la cara a los mexicanos de aquí y a los del otro lado de la frontera norte, acusándonos de una serie de barbaridades que van desde que somos unos ladrones, violadores, traficantes de drogas y saqueadores de las riquezas de su país, para acabar pronto, nos ha equiparado a una especie como de escorias humanas causantes de todas las desgracias y los males de nuestros vecinos del norte.
Bueno, por todo ello y por más, ya sabe, las amenazas abiertas de todo tipo que van desde de utilizar al ejército estadounidense para que, según él, aprendamos a tenerles respeto, de detenciones y deportaciones masivas de nuestros connacionales que viven en los EUA, la construcción del muro fronterizo para evitar el paso de indocumentados a su país, el retiro de la nacionalidad de los hijos de mexicanos nacidos en territorio estadounidense y para qué le sigo con las cosas que ha dicho este loco, neonazi, fascista y tirano en potencia, por lo que lógicamente los usuarios de redes se volcaron masivamente para manifestar su estupor e incredulidad ante tal anuncio, cuestionando al gobierno mexicano del por qué iba a recibir, y en ¡Los Pinos!, a este orate malnacido.
Total que entre esa madrugada y toda la mañana siguiente hasta la hora en la que se fijó la reunión, según los ‘apps’ especializados que llevan el registro de estas cosas –los conteos de número de mensajes que tiran en un determinado lapso de tiempo-, se generó una cifra sin precedentes: ¡34 millones! tirados desde México, los Estados Unidos y de buena parte del mundo de habla hispana que cuestionaban la pertinencia y oportunidad de esa entrevista. Leía uno los mensajes, los twits y los retwits y la gente no acaba de salir de su asombro, no podía dar crédito y no alcanzaban de comprender el por qué el gobierno de México le abría las puertas de par en par al sujeto ese, pero no solo los hispanos manifestaron su incredulidad, del mismo cuarto de guerra de Hillary Clinton hubo manifestaciones de asombro y de indignación.
Total, que se llevó a cabo la entrevista. Un jefe de Estado, Peña Nieto se puso a la altura de alguien que todavía no tiene esa estatura y representación política de su país, Donald Trump. Quienes vimos la rueda de prensa que se dio posterior a la entrevista entre EPN y el magnate, no cabíamos en nuestro asombro por los desatinos de nuestro presidente, quien perdió la oportunidad como para hacerle saber a Trump, con cortesía pero con energía y con la indignación reflejada en el rostro, de nuestra molestia con él, de que todos los mexicanos nos sentíamos profundamente agraviados por sus insultos y por la serie de bajezas que ha proferido en contra de los nuestros allá, tras frontera, pero no, al presidente le faltó energía y se vio falto de claridad para ponerle los puntos sobre las íes al imbécil republicano, y me da pena decirlo, evidenció poca estatura como Jefe del Estado mexicano.
La gran pregunta es, ¿quién está detrás de esos desatinos y ha orillado al presidente a cometer tales despropósitos?, además, por mera lógica elemental y de igualdad de género –primero las damas-, ¿qué no hubiera sido mejor primero recibir a Hillary y después a Trump?, sobre todo porque es muy poco probable que gane la elección presidencial. Total, un desastre y ahora ver si Hillary le acepta la entrevista al presidente, también ella resultó agraviada con esta mala decisión de una diplomacia mal entendida.
Inteligencia racional contra inteligencia emocional.- Finalmente sucedió lo que tenía que suceder, Nicolás Alvarado tuvo que renunciar a la dirección general de TV-UNAM, su permanencia ahí era insostenible. Por eso no es bueno disociar el cerebro del corazón. Por supuesto que la razón debe estar por encima de todo, pero siempre hay que dejar aunque sea un huequito para que se cuele por él nuestra parte sensible, aquella que nos hace llorar y reír, aquella que nos hace soñar aunque sea despiertos. El buen Nicolás, inteligente y culto como es, debe saber que nadie experimenta en cabeza ajena.
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